Al menos parcialmente sí, según se informa estudio de ascuas, un grupo de expertos que realiza investigaciones sobre el uso y producción de energía en varios países del mundo.
La incidencia de las fuentes renovables en la Unión Europea está aumentando, basta pensar que en el verano de 2024 la energía solar y eólica satisficieron alrededor del 20% de la demanda durante el día. En otros momentos del día, sin embargo, la situación es diferente: tomando como ejemplo a Alemania, entre 2021 y 2024 la proporción de combustibles fósiles cayó del 36% al 20% a primera hora de la tarde, mientras que por la noche solo pasó del 47%. % al 44%.
Este dato es emblemático, porque depende directamente de Poca capacidad para acumular energía limpia. utilizarlo cuando las condiciones externas no favorezcan su producción, por falta de luz o viento. Una mayor flexibilidad limpia (tal como se define) nos permitiría reducir el desperdicio de energía renovable y acelerar el proceso fundamental de transición energética. Ember estima que La UE podría ahorrar 9 millones de euros al año en compras de gas. sólo haciendo un mejor uso del exceso de energía eólica y solar.
La clave para hacer este cambio soy yo. sistemas de almacenamiento, esencialmente baterías que permiten reservar la energía producida y no consumida durante el día para utilizarla en un momento posterior. El avance tecnológico de estos sistemas es fundamental si tenemos en cuenta que en 2030, según las previsiones de Ember, la energía renovable generada por sistemas eólicos y fotovoltaicos cubrirá casi la mitad de las necesidades de Europa. Sin embargo, esta disponibilidad se desperdiciará en parte si no se optimiza la eficiencia de los sistemas de almacenamiento.
El caso de California nos permite comprender mejor el impacto de las baterías en las cuotas de las fuentes de energía: en los últimos cinco años, la capacidad de los sistemas de almacenamiento se ha multiplicado por trece, hasta alcanzar los 10 GW, lo que ha permitido reducir la dependencia de gas de fuentes fósiles en las horas de la tarde a aproximadamente la mitad en comparación con 2021. Como se mencionó, si la UE lograra seguir este ejemplo no solo haría el bien al planeta en términos de sostenibilidad ambiental, sino que también reduciría significativamente los costos. de importar gas.
Mientras tanto, a pesar del desarrollo de fuentes renovables, En Italia los precios finales de la energía siguen siendo más altos en comparación con la mayoría de los demás países europeos. En 2023 pagamos 38,64 céntimos por kWh, sólo superados por las familias alemanas que pagaban 42,03 céntimos. Como explica Switcho, portal de análisis de facturas de luz y gas, esto depende principalmente de tres factores:
- La dependencia de las importaciones de gas natural como fuente de energía, aunque está disminuyendo, sigue siendo muy elevada.
- Le condiciones climáticas y meteorológicas no siempre favorecen la producción de energía renovable con sistemas eólicos y fotovoltaicos.
- También está el paradoja de la carga del sistema, un componente fijo del proyecto de ley que financia diversos costes, incluido el desarrollo de energías renovables. En esencia, estamos pagando por las intervenciones de transición energética, pero todavía no estamos recibiendo los beneficios en términos económicos.