Esta vez no propongo una investigación científica, sino una interesante provocación. Nos llega de un lector que escribió a la redacción: tiene un apodo, no nos da su nombre, se define como un tecnólogo experto en energías renovables. A menudo nos acompañan mitómanos de todo tipo, pero hicimos una excepción, porque tal vez estemos locos como él, desconectados de la realidad: fuera de la red, para volver al tema de la discusión. Evalúe usted mismo si su razonamiento encaja de algún modo o es totalmente erróneo. Pero en cualquier caso, refútalo, si puedes. Le daré la palabra ahora.
El sol está a punto de jugarnos una mala pasada cósmica. Nos dará más energía de la que sabemos gestionar, y a un precio tan bajo que parece un error de imprenta. Pero hay un problema: nuestra red eléctrica no está lista. ¿La solución? Cortar el cordón umbilical. Bienvenido a la era fuera de la red, donde la energía del futuro fluye libre de las limitaciones de la red.
El milagro solar: energía cayendo del cielo
Los paneles solares son el epítome de la magia tecnológica moderna. Imagínese una piedra plana susurrando a la luz del cielo y transformándola en electricidad embotellada. Sin mover un músculo. Vaya, que poético soy. Pero piénselo: es la única manera de producir energía sin piezas móviles, y eso lo convierte en un sueño para la producción en masa. Esta simplicidad se traduce en un extraordinario "ritmo de aprendizaje": cuanto más producimos, más baratos se vuelven. No es un caso que La mayor parte de la energía solar del mundo se ha instalado en los últimos 30 meses. La China, solo hasta 2023, ha instalado más paneles solares que en toda la historia de Estados Unidos, incluidos este gigante aquí.
Demasiado
No me toméis por un fanboy solar que canta y baila alegremente y sin importar la realidad. Conozco la realidad. Sé bien que hay un inconveniente en este paraíso energético: y es nuestra propia red eléctrica. Cuantos más paneles conectamos, más difícil resulta añadir otros nuevos. ¿Por qué? Dos razones principales:
- Canibalización solar: Todos los paneles producen energía al mismo tiempo, cuando brilla el sol. Agregar más hace que los precios de la electricidad caigan en picado durante las horas pico de energía solar. Con el tiempo, resulta antieconómico instalar nuevos paneles.
- Capacidad de la red: ¡Sorpresa! Es increíblemente difícil conectar la nueva generación a la red. En el Reino Unido, el tiempo medio de espera para una conexión es de más de cinco años. En EE.UU., la cola de conexiones se ha multiplicado por siete en la última década. Pronto veremos fenómenos similares en otros lugares.
Pero no te preocupes, no desperdiciaremos toda esta energía gratuita. Nos vamos a desconectar de la red.
El amanecer de la era fuera de la red
¿Cómo se hace? Dos estrategias principales:
- Solar + Almacenamiento: Las baterías de litio están a punto de dar una gran fiesta. ¿Electricidad gratuita durante el día y precios elevados por la noche? Un sueño para las baterías. Como se mencionó, no tendremos suficiente capacidad de red para hacer fluir toda esta energía. ¿La solución? Instalaciones locales. Paneles solares y baterías que "conversan" entre sí sin tocar la red de transporte.
- Procesos intermitentes: ¿Qué pasaría si en cambio nos rendiésemos al sol? Usar energía sólo cuando brilla puede parecer limitante, pero también es la electricidad más barata del mundo. Y los precios seguirán bajando de todos modos.
El futuro es sintético (pero verde)
Aquí es donde las cosas se ponen realmente interesantes. La energía solar intermitente es tan barata que podría revolucionar no sólo la producción de electricidad, sino también la energía primaria. Estamos hablando de:
- Queroseno sintético para aviones.
- Amoniaco limpio para fertilizantes.
- Metanol limpio para barcos
- Quizás incluso gas natural sintético de uso general.
Todos estos “combustibles verdes” se basan en hidrógeno verde. ¿Y adivina qué? La única forma económicamente competitiva de producirlo es... energía solar fuera de la red.
Pero eso no es todo. Cualquier proceso que pueda operar económicamente con una utilización del 25% es un candidato potencial. Captación directa de aire, calefacción industrial, procesos electroquímicos… todo está sobre la mesa. Y aún hay más: saltarse la conexión a la red también significa ahorrar costes y pérdidas de eficiencia. Sin inversión de CC a CA, menos componentes electrónicos de potencia y cero burocracia para conectarse a la red. Es rápido, es barato, es el futuro.
La pregunta del billón de euros
"¿Podemos construir procesos que utilicen energía gratuita una cuarta parte del tiempo?" Ésta es quizás la cuestión más importante e inexplorada en el futuro de la energía. No me malinterpretes: es difícil. Reducir a la mitad la producción empeora drásticamente el período de recuperación de la inversión para las plantas con uso intensivo de capital. ¿Pero honestamente? Realmente aún no lo hemos intentado. La ingeniería química convencional optimiza insumos costosos, producción continua y alta eficiencia. El espacio de diseño para la energía gratuita y de bajo uso es territorio virgen, listo para ser explorado.
En pocas palabras: el sol brilla en un futuro fuera de la red
El hecho es este: pocos están optimizando la energía solar intermitente, pero la energía solar intermitente cambiará el mundo. Estamos entrando en una era en la que la energía más barata será la que nunca toque la red eléctrica. ¿Una paradoja? Tal vez. ¿Una revolución? Absolutamente. El futuro energético que nos espera es más brillante, más barato y más desconectado de lo que jamás imaginamos. Nos vamos a desconectar de la red, créanme. La red eléctrica “tradicional” es un lastre.