¿Un submarino que se lanza a través de las profundidades como un jet en el aire? Los chinos dicen que lo inventaron: el secreto de su increíble velocidad serían unos nuevos e increíbles propulsores láser. Pero espera un momento antes de recoger la mandíbula que ha caído al suelo: ahí también está la segunda cara de la moneda.
La promesa de una revolución submarina
I submarinos Siempre han sido un poco como las tortugas marinas: más o menos lentas y claramente inexorables. Ahora, sin embargo, investigadores chinos de la Universidad de Harbin afirman haber encontrado una manera de transformarlos en verdaderos guepardos submarinos. ¿Como? Con propulsores láser, una tecnología que promete hacer que estas bestias de acero viajen a velocidades nunca antes vistas.
¿Cómo funcionan? Intentaré decírtelo en términos sencillos. Imagínese cubrir el casco de un submarino con una red de fibras ópticas más delgada que un cabello humano. Estas fibras disparan potentes láseres al agua circundante, creando “mini explosiones” que empujan al submarino hacia adelante. Es como si el submarino nadara en una burbuja de vapor que reduce la fricción con el agua. ¿Por cuánto? Mucho.
El uso de láseres como forma de propulsión se remonta a 1972, cuando se propuso originalmente como método para impulsar naves espaciales. En los viajes atmosféricos, la tecnología es
Suficientemente simple y comprensible: la parte inferior de un avión es impactada por un láser que sobrecalienta el aire debajo, creando un plasma que explota el aire y empuja la nave hacia arriba. La propulsión láser atmosférica solo se ha probado con modelos a escala en condiciones controladas y, hasta ahora, no se ha producido un avión tripulado real. El uso “submarino” sería una primicia absoluta.
Cifras vertiginosas (y mareantes)
Según investigadores chinos, estos propulsores láser podrían generar un empuje de 70.000 newtons. Para quienes no saben de física, se trata de una fuerza comparable a la de un avión supersónico. ¿Traducido a términos prácticos? Estamos hablando de submarinos que podrían viajar más rápido que el sonido bajo el agua.
Imagine submarinos que puedan escapar de cualquier torpedo, alcanzar cualquier objetivo en un abrir y cerrar de ojos y desaparecer prácticamente en la nada. Sería el sueño de todo almirante y la pesadilla de toda flota enemiga. Un arma así cambiaría completamente las reglas del juego naval.
Pero hay un pero (y qué pero)
Como comenté al principio del artículo, hay un pequeño detalle a considerar. Y cuando digo pequeño, quiero decir enorme. Todo este poder tiene un precio, y ese precio se paga en decibeles.
Verás, los submarinos son un poco como los ninjas de los océanos. Su fuerza reside en pasar desapercibidos. Y todas esas mini explosiones creadas por los láseres son un desastre.
El fenómeno es bien conocido, se llama cavitación. En la práctica, las burbujas creadas por los láseres, cuando estallan, emiten un ruido similar al de "piedras en un tubo". Y bajo el agua, ese ruido se transmite por millas y millas. Es como iluminar una habitación oscura: sí, puedes moverte más rápido, pero todos saben exactamente dónde estás. Y aquí está el quid de la cuestión.
La triste realidad: velocidad o sigilo, no puedes tener ambos
En el mundo de los submarinos, el silencio es vida. Un submarino ruidoso es un submarino muerto. Así que, por genial que parezca la idea de un submarino supersónico, en realidad sería prácticamente inútil. Sería como un ninja con cascabeles: rápido, sí, pero no muy sigiloso.
Y esto también podría responder a una pregunta "hacia atrás": ¿por qué China hizo pública esta investigación con un objetivo militar evidente? Quizás, sólo quizás, ellos tampoco lo crean demasiado.
El futuro de los submarinos: un misterio ruidoso (o silencioso como siempre)
Probablemente no veremos submarinos equipados con propulsores láser, al menos no en esta forma. El verdadero desafío sigue siendo encontrar una manera de aumentar la velocidad sin comprometer el sigilo. Y hasta que se resuelva este dilema, los submarinos seguirán moviéndose como siempre lo han hecho: lenta, silenciosa y letalmente.
Quizás mientras lees este artículo, en algún laboratorio secreto, alguien ya esté trabajando en una solución. Después de todo, la historia nos enseña que lo imposible de hoy podría ser la normalidad de mañana. Pero por ahora, si escuchas un ruido extraño mientras realizas (por suerte) tus últimas inmersiones en mar abierto, no te preocupes: probablemente sea solo un barco de pesca.