Teléfonos móviles y cáncer: una historia de amor y odio que abarca casi tres décadas. Pero ahora, gracias a una revisión sistemática sin precedentes, tal vez podamos pasar página. Alerta de spoiler: tu teléfono inteligente no es el enemigo que pensabas que era.
28 años de miedos y sospechas
El debate sobre los teléfonos móviles y el cáncer ha persistido durante décadas, avivando temores y generando teorías de conspiración. Hubo quienes juraron sentir que se les "fritaba" el cerebro durante las llamadas, quienes aconsejaron sujetar el teléfono con unas pinzas e incluso quienes hicieron gorros con papel de aluminio como en la película "Signos". Pero la ciencia, paciente y metódica, siguió investigando.
Hoy, una revisión sistemática masiva encargada directamente porOrganización Mundial de la Salud probablemente ponga fin a este tormento colectivo.
Publicado el Environment International (Lo vincularé aquí), la investigación ha rastreado más de 5000 estudios, seleccionando 63 publicados entre 1994 y 2022. ¿El resultado? Un rotundo “Aquí no hay nada que ver, amigos. ¡Circular!"
Radiaciones no ionizantes: el gran problema
Pero ¿a qué se debe todo este entusiasmo? Los teléfonos móviles emiten ondas de radio, un tipo de radiación no ionizante. Y sí, muchas veces los tenemos pegados a la cabeza. Pero ojo: no todas las radiaciones son iguales. Y aparentemente, los que están en los teléfonos móviles no tienen la energía para dañar el ADN. Es como esperar que una pluma atraviese un muro de hormigón.
En 2011, elAgencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) clasificó las ondas de radio como un “posible carcinógeno”. Auge. Pánico mundial. Pero espera un minuto. ¿Sabes qué más hay en la misma categoría? Café y verduras encurtidas. No es exactamente el club de asesinos empedernidos.
Esta nueva revisión se basa en un conjunto de datos mucho más amplio que el revisado por la IARC en 2011. Incluye estudios más recientes y completos. Al decir que no se ha encontrado ninguna asociación entre el uso de teléfonos móviles y el cáncer de cerebro, no están disparando a ciegas. Están arrojando una luz muy poderosa sobre el tema.

Móviles y cáncer: sin correlación, bajo ninguna circunstancia
El estudio no encontró asociación entre el uso de teléfonos móviles y el cáncer de cerebro, cabeza o cuello. No, ni siquiera para aquellos que llevan más de diez años usando el teléfono. Es como si estuviéramos buscando una aguja en un pajar y, después de examinar cada hebra de paja, concluyéramos: "Chicos, la aguja nunca estuvo allí".
Otro dato interesante: aunque el uso de dispositivos inalámbricos se ha disparado en las últimas décadas, no ha habido un aumento correspondiente en la incidencia de tumores cerebrales. Si los teléfonos móviles fueran realmente cancerígenos, ¿deberíamos haber visto un aumento en los casos? Sin embargo, nada.
Entonces, ¿por qué continúa la investigación?
Porque los investigadores son masoquistas. No, estoy bromeando. Porque la tecnología evoluciona rápidamente. Nuevas frecuencias, nuevos usos. Es vital que la ciencia permanezca alerta y continúe garantizando que estas tecnologías sigan siendo seguras.
Ahora que disponemos de estos datos tranquilizadores, la verdadera batalla es contra las noticias falsas y los miedos más arraigados. Y más fácil de asustar Lo cual, lamentablemente, es tranquilizador. Pero bueno, al menos ahora tenemos munición científica de alto calibre para librar esta guerra de la información.
Móviles y cáncer: ¿veredicto final?
Después de 28 años de investigación, podemos decirlo alto y claro: los teléfonos móviles no provocan cáncer de cerebro. La OMS dice que puedes dejar de usar el altavoz "por seguridad" o preocuparte cuando tu hijo pasa horas hablando por teléfono. La ciencia ha hablado y dice que estamos a salvo.
Por supuesto siempre habrá alguien que no confíe al 100%. Alguien que piensa "vale, tal vez no haya conexión entre ESTOS teléfonos móviles y el cáncer, pero las tecnologías futuras podrían ser más dañinas". ¿Quiénes somos para prohibir un miedo personal? Toma todas las precauciones que consideres oportunas.
Siempre y cuando no difundas información errónea. Eso, la mayoría de las veces (e En todos los niveles, no sólo “desde abajo”) es el verdadero cáncer que hay que combatir.