El sueño de ver cápsulas zumbando dentro de cápsulas despresurizadas está herido, pero no muerto. En el norte de los Países Bajos, una prueba de Hyperloop acaba de marcar un hito importante en el futuro de este medio de transporte.
Un gran paso para Hyperloop, un pequeño paso para la humanidad
En el tranquilo paisaje holandés de Veendam algo interesante ha tomado forma (o se ha reanudado, si se prefiere). Lejos de las exageraciones mediáticas y las promesas altisonantes, un equipo de ingenieros continuó trabajando para ensamblar pacientemente, pieza por pieza, el futuro del transporte.
La última prueba de Hyperloop, realizada por la empresa. Hardt, ha demostrado que la visión de estos trenes ultrarrápidos aún no está lista para acabar en el ático. Se hizo levitar una cápsula y se movió a través de un tubo despresurizado, combinando con éxito levitación, guía y propulsión. Una orquesta tecnológica perfectamente sincronizada.
De la riqueza a la pobreza… y viceversa
Marinus van der Meijs, director tecnológico de Hardt, no oculta su entusiasmo: "Hoy, con la primera prueba exitosa de Hyperloop, hemos logrado levitar el vehículo, activar el sistema de guía y el sistema de propulsión". Palabras que suenan a música para los oídos de los amantes de la tecnología.
Por supuesto, de la velocidad legendaria prometida, esta prueba de Hyperloop no mostró nada. La cápsula alcanzó la vertiginosa velocidad de… 30 km/h en un recorrido de sólo 420 metros de largo. Un poco como celebrar el lanzamiento de un Ferrari que alcanza las 50 por hora. Sin embargo, en esta aparente paradoja reside la verdadera esencia de la innovación: pequeños pasos que allanan el camino para saltos gigantes. Como alguien dijo una vez: sin embargo, se mueve.
Por qué esta prueba de Hyperloop es digna de mención
Para explicarlo es Roel van de Pas, director comercial de Hardt Hyperloop, quien lo expresa de esta manera:
Lo más difícil que estamos haciendo ahora es probar todas estas funciones juntas. Levitación, propulsión, guía, ahora somos capaces de realizar todas estas funciones como una orquesta, haciéndolas trabajar juntas.
Han pasado más de diez años desde que Elon Musk lanzó la idea del Hyperloop, prometiendo viajes terrestres a la velocidad de los aviones. Desde entonces, equipos de todo el mundo han trabajado para hacer realidad esta visión. Los avances han sido lentos, a veces muy lentos. En un caso (Hyperloop One en Dubai, anunciado a bombo y platillo en 2016) Se desinfló como un globo pinchado.
Van de Pas, sin embargo, se muestra optimista: "En Hardt estamos preparados para operar con pasajeros en 2030". Una fecha que suena cercana y lejana al mismo tiempo. En un mundo donde los proyectos de infraestructura suelen tardar décadas, siete años es casi un abrir y cerrar de ojos, especialmente si consideramos el progreso realizado por la propia Hardt durante los últimos 5 años.
Pruebas de Hyperloop: el futuro es un maratón, no un sprint
No todos, evidentemente, comparten el entusiasmo de los técnicos holandeses. Robert Nolan, profesor de la Universidad de Rutgers, considera que el Hyperloop es inalcanzable, lo que subraya los enormes costes de infraestructura necesarios.
Sin embargo, a pesar de los obstáculos y fracasos, la idea de Hyperloop continúa perdurando y avanzando. Después de todo, el futuro no siempre llega con un estallido ensordecedor. A veces se acerca silenciosamente, levitando a 30 km/h en un tubo del norte de Holanda.