¿Cuántos microplásticos bebiste hoy? Hasta ayer responder a esta pregunta era prácticamente imposible. Pero gracias a un equipo de investigadores de la Universidad de Columbia Británica en Canadá, detectar estas partículas invisibles pronto podría ser tan fácil como tomarse una selfie.
El enemigo invisible en nuestro vaso.
Los microplásticos están por todas partes. En el comida, nell'acquaincluso en el aire e en las nubes. Estos diminutos fragmentos de plástico han colonizado nuestro planeta y, en consecuencia, nuestro cuerpo. han sido encontrados en la placenta, nel cuore, En sangre. Una presencia inquietante que plantea interrogantes sobre nuestra salud y el futuro de nuestro ecosistema.
Pero ¿cómo podemos luchar contra un enemigo que no podemos ver? Aquí es donde entra en juego la innovación de la Universidad de Columbia Británica.
Una herramienta revolucionaria en nuestras manos
Il Dr. Tianxi Yang y su equipo han desarrollado un dispositivo sorprendentemente simple y económico. Enlazo el estudio aquí. Imagine una pequeña caja biodegradable impresa en 3D, del tamaño de un paquete de cigarrillos. En su interior, un microscopio digital inalámbrico, una luz LED verde y un “filtro de excitación”. Esta pequeña joya tecnológica, combinada con una aplicación para smartphone, puede detectar pequeñas partículas de plástico, desde 50 nanómetros hasta 10 micrones.
Pequeño repaso: un filtro de excitación es un componente utilizado en microscopios de fluorescencia para seleccionar longitudes de onda específicas de luz emitida por una fuente de luz.
La fragmentación de trozos de plástico más grandes en microplásticos y nanoplásticos es una preocupación creciente debido a los riesgos que suponen para nuestros alimentos, ecosistemas y salud. Este nuevo método permite una detección rápida y económica de estos plásticos, lo que podría ayudar a proteger nuestra salud y el medio ambiente.
Dr. Tianxi Yang
¿Cómo funciona este sistema?
El dispositivo utiliza un ingenioso truco llamado etiquetado fluorescente. Las partículas de plástico están hechas para "brillar" bajo una luz LED verde, haciéndolas visibles bajo un microscopio. La aplicación captura estas imágenes y, gracias a algoritmos de aprendizaje automático, cuenta y mide las partículas.
“Una vez que el microscopio en la caja captura la imagen fluorescente, la aplicación compara el área de píxeles de la imagen con la cantidad de partículas de plástico”, explicó Haoming (Peter) Yang, estudiante de maestría y coautor del estudio. “El resultado muestra si hay plásticos presentes y en qué cantidades. Cada prueba cuesta sólo 1,5 centavos”.
Los impactantes resultados: un mar de plástico en un vaso
Para probar el dispositivo, el equipo utilizó vasos de poliestireno desechables comunes. Los llenaron de agua hirviendo y los dejaron enfriar durante 30 minutos. ¿Los resultados? Alarmante por decir lo menos.
las gafas liberaron cientos de millones de partículas de plástico nanométricas. cada partícula tenía aproximadamente una centésima parte del ancho de un cabello humano. Un auténtico enjambre de plástico invisible flotando en nuestro té o café diario.
El futuro de la detección de microplásticos
Actualmente, el instrumento está calibrado para detectar poliestireno, pero los investigadores ya están trabajando para ampliar sus capacidades. El software se puede adaptar para medir otros tipos de plásticos, como polietileno o polipropileno.
El objetivo es ambicioso: comercializar el dispositivo para usos en el mundo real. Imagine poder analizar sus alimentos o bebidas para detectar contaminación plástica, directamente en su casa o restaurante. Podría ser una revolución en la forma en que percibimos y gestionamos nuestra relación con el fenómeno de los microplásticos.
El microplástico que llevamos dentro: una alarma sanitaria
Todavía estamos estudiando los efectos a largo plazo de la ingestión de partículas de plástico, pero el contexto ya es alarmante. Los microplásticos pueden absorber toxinas y penetrar profundamente en nuestro cuerpo, superando las barreras biológicas que normalmente nos protegen.
El Dr. Yang recomienda reducir el consumo de plástico evitando, cuando sea posible, productos plásticos a base de petróleo. Sugiere alternativas como la vidrio o de l 'acero inoxidable para contenedores de alimentos. Además, destaca la importancia de desarrollar materiales de embalaje biodegradables para sustituir los plásticos tradicionales y crear un futuro más sostenible.
Un paso hacia un futuro más limpio
Esta nueva herramienta podría cambiar las reglas del juego en nuestra relación con los microplásticos. Nos ofrecerá la oportunidad de ver lo invisible, de cuantificar una amenaza que hasta ahora sólo podíamos imaginar. Un primer paso hacia una mayor concienciación y, con suerte, hacia soluciones concretas para reducir nuestra dependencia del plástico.
Mientras esperamos que esta innovación nos brinde una forma de mirar más allá de la superficie, recuerde: lo que no puede ver puede ser más importante que lo que sí ve.