Imagine una sala llena de genios creativos y una pizarra. Ahora agrega Steve Jobs. ¿Qué podría salir mal? En la historia de Pixar, aparentemente todo. “El incidente de la pizarra” no fue sólo un momento de tensión, sino el símbolo de una revolución en curso. A partir de ese día, Pixar nunca volvería a ser el mismo, ni tampoco el mundo de la animación. ¿Lo conoces? ¿No? Leer.
Un comienzo ligeramente pixelado
La historia de Pixar no comienza con un destello de genialidad, sino con un cheque. en 1986, mientras me preguntaba si era mejor “La cuenta atrás final” de Europa o “C'è chi dice no” de Vasco (¿y tú?) Steve Jobs, recién salido de unas "vacaciones forzadas" de Apple, decidió gastar 5 millones de dólares para comprar la división de gráficos por computadora de Apple Lucasfilm.
¿Por qué? Tal vez había visto demasiadas películas de ciencia ficción, o tal vez realmente había intuido el potencial escondido en esa pequeña empresa que en ese momento producía computadoras para gráficos especializados. O tal vez ambas cosas, pero sigamos adelante.
El equipo de ensueño nerd
Al timón de esta nave espacial digital estaban alvy ray smith e Ed Catmull, dos informáticos apasionados por el arte. Imagina al Doc de “Regreso al futuro” conociendo a Leonardo da Vinci (bueno, en proporción) y tendrás una idea del calibre de estos dos. Jobs, con su olfato para el talento (y el conflicto), completó el trío de maravillas.
Pero ¿qué hizo exactamente Pixar al principio, antes de hacer historia? Bueno, al principio tampoco lo sabían tan bien. Para empezar, vendían aquí y allá ordenadores súper caros que pocos podían permitirse. Era como tener un Ferrari y usarlo para repartir pizzas. Jobs, con su legendaria paciencia (por así decirlo), seguía escribiendo cheques mientras pensaba (lo sé, lo siento): “Entonces, ¿cuándo llegará esta revolución de la animación?”
El incidente de Blackboard: el día D en la historia de Pixar
Y aquí llegamos al famoso “accidente”. Un argumento DEFCON 1, una de esas cosas en las que o se matan unos a otros o realmente se vuelven hermanos. Era una mañana muy tensa y era evidente que "alguien" había dormido poco y mal.
Durante una reunión particularmente acalorada, Jobs estaba haciendo su habitual acto de "Yo soy el jefe y ustedes son todos incompetentes" cuando Alvy Ray Smith se atrevió a lo impensable: intentó escribir algo en la pizarra de Jobs.
"¡No puedes hacer eso!" Jobs tronó.
“¿No puedo escribir en tu pizarra? ¡Mierda!" Smith respondió.
Era como ver Godzilla contra King Kong, pero con menos edificios destruidos y más egos heridos. ¿Qué hubiera pasado?
Te lo diré. Este choque épico no fue sólo un momento de tensión en la oficina. Fue el catalizador de cambios profundos. Smith, cansado de ser el saco de boxeo verbal de Jobs, decidió hacer las maletas. Jobs, quizá dándose cuenta de que había exagerado (pero nadie esperaba que lo admitiera, y de hecho nunca lo admitió), empezó a repensar la estrategia de la empresa.
El punto de inflexión en la historia de Pixar: de las computadoras al cine
Fue en este clima de caos creativo donde Pixar encontró su verdadera vocación. En lugar de vender computadoras, ¿por qué no utilizarlas para hacer algo nunca antes visto? Así nació la idea de crear el primer largometraje íntegramente en infografía.
Seguramente sabes que estoy hablando de “Toy Story”, y que… Bueno, que el mundo no estaba preparado. en 1995, casi 10 años después del inicio de la historia de Pixar, “Toy Story” explotó en los cines como un fuego artificial digital. El público se quedó sin aliento, los críticos se volvieron locos y Jobs... bueno, Jobs probablemente sonrió por primera vez en años. Pixar finalmente había encontrado su camino. Y qué camino.
Aquella pizarra en disputa se convirtió en el símbolo de una transformación. A partir de ese momento, Pixar se consolidó como el estudio de animación más innovador y exitoso del mundo. Película tras película, de “Monsters, Inc.” Hasta “Los Increíbles”, el estudio continuó ampliando los límites de lo que era posible con la animación digital.
La moraleja de la historia
La historia de Pixar nos enseña que a veces, para crear algo extraordinario, se necesita un poco de caos. Que detrás de cada gran innovación suele haber un choque de personalidades titánicas. Y que, quizás, deberías pensártelo dos veces antes de impedir que alguien escriba en tu pizarra.
Hoy en día, cuando vemos una película de Pixar, vemos pura magia en la pantalla. Pero detrás de cada fotograma hay una historia de pasión, conflicto y genialidad. La historia de Pixar muestra que incluso los grandes éxitos tienen comienzos turbulentos. A veces, todo lo que se necesita para cambiar el mundo es una buena idea, un poco de coraje… y una pizarra donde escribirlo.
La próxima vez que te encuentres frente a una pizarra en la oficina, recuerda: puede que estés a punto de escribir el primer capítulo de tu revolución. O, en el peor de los casos, provocar el próximo gran drama corporativo. En ambos casos, la historia de Pixar nos enseña que definitivamente valdrá la pena.
Si realmente tienes curiosidad por sumergirte en todas las complejidades de este estudio (como hice yo para traerte esta "joya") aquí encontrarás muchas ideas.