En 1950, mientras el mundo aún se recuperaba de las heridas de la Segunda Guerra Mundial, un escritor inglés miró hacia el futuro con mirada crítica y preocupada. Era Aldous Huxley, autor de “Un mundo feliz”, y puso por escrito predicciones sobre la población mundial que, vistas hoy, parecen sorprendentemente precisas.
Intuiciones que a la luz de los hechos han demostrado ser muy profundas y que ahora pueden decirnos mucho sobre nuestro presente.
La visión de Aldous Huxley: ¿un futuro superpoblado o un problema incomprendido?
En un artículo publicado en Redbook en 1950, Aldous Huxley esbozó tres grandes desafíos para la humanidad durante los próximos cincuenta años: evitar una nueva guerra, alimentar y vestir una población en rápido crecimiento, e gestionar recursos del planeta sin agotarlos debido a un fenómeno dramático. ¿Cual? El de la superpoblación. Con sorprendente claridad, Huxley predijo que la población mundial (en 1950 ascendía a unos 2,5 millones de personas) superaría los 2000 millones en el año 24. Una predicción ciertamente correcta, incluso optimista: hace 6 años, de hecho, la población ya superó los XNUMX mil millones.
Hoy en día muchos cuestionan la idea misma de superpoblación. Algunos sostienen que el verdadero problema no es el número de personas, sino la distribución de la riqueza y los modelos económicos actuales. El sistema económico actual, basado en el crecimiento y el consumo continuo, conduce a un desperdicio masivo de alimentos y bienes producidos. Quizás, sugieren estos críticos, no tengamos un problema de superpoblación, sino de definición del valor y distribución de la riqueza. Tal vez tengan razón, tal vez no, y volveremos al tema: de eso no se trata el artículo.
Más allá de los números: las implicaciones filosóficas y sociales
Aldous Huxley no se limitó a hacer predicciones numéricas. Sus reflexiones fueron más allá y exploraron las implicaciones filosóficas y sociales de un mundo que cambia rápidamente. En “Un mundo feliz”, imaginó una sociedad en la que el control de la población se gestionaba rígidamente, con mujeres llevando “cinturones malthusianos” llenos de anticonceptivos.
Además, la forma en que se lograron las tendencias demográficas habría sorprendido a Huxley. En muchas partes del mundo occidental, las generaciones jóvenes no necesitan anticonceptivos: están mentalmente cada vez más reacios a tener hijos. Este fenómeno está provocando un envejecimiento de la población en muchos países, con consecuencias económicas y sociales importantes que afrontaremos en el futuro próximo. ¿En qué otras soluciones estaba pensando el escritor?
El “soma” y la sociedad moderna
Un concepto particularmente intrigante en “Un mundo feliz” es el de “soma”, una droga utilizada para apaciguar a la población mediante sedación intelectual y emocional. Algunos observadores modernos ven paralelos inquietantes entre este concepto y ciertos aspectos de nuestra sociedad, particularmente en la industria del entretenimiento.
Con todo, la evolución de la industria de los videojuegos, con su capacidad para crear mundos inmersivos y atractivos, podría verse como una forma moderna de “soma”. mismo Naturaleza “antisocial” de las redes sociales termina actuando como un “anticonceptivo natural”.
Aldous Huxley, un "adivino" entre los retos demográficos y la sostenibilidad
Las preocupaciones de Huxley sobre la gestión de los recursos del planeta resuenan fuertemente en el debate contemporáneo sobre el cambio climático y la sostenibilidad. Dado que en las próximas décadas podríamos encontrarnos frente a una disminución de la población mundial y no a un mayor crecimiento, ¿el problema es demasiada gente o procesos equivocados?
Lo estamos descubriendo: la clave puede ser aumentar drásticamente la eficiencia de la producción a través de la tecnología. Así como hemos superado las predicciones del “pico del petróleo” gracias a los avances tecnológicos, podemos encontrar formas de utilizar los recursos de manera más eficiente para sustentar a una población elevada (¿excesiva?).
Conclusión: mirar el futuro a través de los ojos de Huxley
Las predicciones de Aldous Huxley, correctas en principio pero necesariamente inexactas, nos ofrecen sin embargo un espejo a través del cual examinar nuestros desafíos actuales. Sobre todo, nos invitan a considerar las consecuencias a largo plazo de nuestras acciones y decisiones colectivas.
En un mundo que parece oscilar entre escenarios distópicos y posibilidades tecnológicas sorprendentes, quizás la lección más importante de Huxley no esté en sus predicciones específicas, sino en su enfoque crítico y reflexivo sobre el futuro. Equilibrar la comprensión del presente y las visiones del futuro para dar forma a un mundo nuevo "verdadero".
No como el narrado por Huxley. Un mundo mejor, en el que el progreso tecnológico, la sostenibilidad medioambiental y el bienestar humano confluyan en perfecta armonía.