En el corazón de Roma, la nación más pequeña del mundo está a punto de dar un paso de gigante hacia la sostenibilidad. El Papa Francisco ha anunciado un plan audaz para transformar la Santa Sede en un modelo de energía limpia, demostrando que incluso las instituciones más antiguas pueden impulsar el cambio.
El anuncio del Pontífice
El Papa Francisco publicó recientemente un motu propio titulado “Hermano Sol”, un documento oficial que describe los planes de la Santa Sede para la transición hacia una energía 100% solar. Esta medida es parte de un compromiso más amplio de la Iglesia Católica hacia el cambio climático.
El compromiso sigue una "línea estratégica" en materia medioambiental bastante consolidada por el Vaticano. Y desde tiempos desprevenidos:
- En 1971, Papa Pablo VI expresó preocupación por la explotación de la naturaleza.
- 2007, debajo El Papa Benedicto XVI, la Santa Sede anunció su intención de convertirse en el primer “Estado neutral en carbono”.
- en 2008 Los primeros 2.400 paneles solares se instalaron en el Vaticano. (Por cierto: justo en el tejado del Aula Pablo VI).
El compromiso de Bergoglio con el medio ambiente
Desde el comienzo de su papado en 2013, el Papa Francisco ha puesto especial énfasis en las cuestiones medioambientales.
- en 2015, publicó la encíclica “Laudato Si''”. Un documento fundamental sobre el cuidado del medio ambiente basado en investigaciones científicas.
- 2016, la Santa Sede ha actualizado su sistema de reciclaje de residuos.
- En 2022, apoyó los esfuerzos de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
- 2023, el Vaticano ha adoptado los coches eléctricos (en colaboración con Volkswagen).
El nuevo proyecto solar de la Santa Sede
“Fratello Sole” prevé la construcción de una planta solar en la zona extraterritorial de Santa Maria di Galeria. Esta planta alimentará la emisora de radio del Vaticano y suministrará energía a toda la Ciudad del Vaticano (una población estimada de aproximadamente 825 personas).
Pequeña nota. Como signataria de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 1992, la Santa Sede se compromete a reducir su huella de carbono. Un valor más simbólico que cualquier otra cosa, porque Las emisiones de carbono del Vaticano. (alrededor del 0,0000443% de las emisiones globales en 2022) son muy pocas.
Perspectivas futuras
Es necesario realizar una transición hacia un modelo de desarrollo sostenible que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, fijándose como objetivo la neutralidad climática. La humanidad tiene los medios tecnológicos para abordar esta transformación ambiental y sus perniciosas consecuencias éticas, sociales, económicas y políticas. Y, entre ellas, la energía solar juega un papel clave.
Jorge Bergoglio
Este proyecto representa un importante paso adelante para la Santa Sede en la lucha contra el cambio climático. Y precisamente por su valor simbólico podría servir de ejemplo para otros estados e instituciones, demostrando que es posible combinar tradición e innovación en la búsqueda de soluciones sostenibles.
Santa Sede, sede verde
La iniciativa de la Santa Sede de cambiar a energía 100% solar es una señal clara del compromiso de la Iglesia Católica con la sostenibilidad ambiental. Este proyecto no reducirá significativamente la huella de carbono global, pero será un poderoso mensaje al mundo sobre la importancia y viabilidad de la transición a la energía renovable. Si incluimos también la posición de la Santa Sede sobre inteligencia artificial, emerge un papel "renovado" de la Iglesia como guía incluso en las incógnitas del futuro próximo.
Una última cosa. Con tantos abogados alrededor y el Vaticano involucrado, permítanme hacer de abogado del diablo y lanzar una pequeña y divertida provocación. ¿Por qué, dado que la energía nuclear es "la forma de energía más limpia y segura" (cit.), el Vaticano no ha dado un buen ejemplo con una pequeña central eléctrica?
Se bueno en los comentarios. ¡Paz y amor!