Si el mesencéfalo (la parte superior del tronco encefálico) fuera una metrópoli, el nigrosoma sería su eje ferroviario central: vital, ocupado y, lamentablemente, un blanco fácil para los "vándalos". En el caso de la enfermedad de Parkinson, estos vándalos son células inmunes y toxinas. Una nueva investigación está explorando este "centro neuronal" y promete revolucionar nuestra comprensión y tratamiento de esta insidiosa enfermedad.
El nigrosoma: una encrucijada neuronal bajo ataque
En el corazón del mesencéfalo, una región llamada nigrosoma está atrayendo la atención de neurólogos de todo el mundo. Esta área, parte de la sustancia negra pars compacta, está demostrando ser un elemento clave para comprender la enfermedad de Parkinson. Pero ¿qué hace que el nigrosoma sea tan especial?
Según el estudio publicado en npj Parkinson's Disease por investigadores de Centro Integral de Neurociencias HM Cinac de Madrid (lo enlazo aqui), el nigrosoma posee una característica única: una densidad vascular excepcionalmente alta.
El Dr. Tiziano Balzano, autor principal del estudio, explica:
En condiciones normales, esta densa red de vasos sanguíneos asegura un suministro eficiente de nutrientes y oxígeno. Sin embargo, en condiciones patológicas, puede convertirse en una vía preferencial para la entrada de elementos nocivos.
Cuando el tráfico se convierte en un problema

Siguiendo con la metáfora urbana, el Dr. Balzano añade: “Es como si esta concurrida intersección se viera sujeta a embotellamientos y bloqueos durante una afluencia de tráfico no deseado”. En otras palabras, la misma característica que hace que el nigrosoma sea tan eficiente en condiciones normales también lo hace particularmente vulnerable en presencia de factores patológicos.
Las observaciones realizadas en modelos animales de la enfermedad de Parkinson han revelado un fenómeno alarmante: linfocitos, células del sistema inmunológico, parecen verterse preferentemente en el nigrosoma. Este "ataque" inmunológico podría explicar por qué las neuronas dopaminérgicas de esta región se ven particularmente afectadas en la enfermedad de Parkinson, mientras que las de otras áreas del mesencéfalo están relativamente sanas.
Implicaciones para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson
Estos descubrimientos abren nuevas perspectivas para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. Si la infiltración de células inmunes juega un papel clave en la progresión de la enfermedad, intervenir en este proceso. podría ralentizar o incluso detener el progreso de la enfermedad de Parkinson.
Reducir la activación o la entrada de células inmunitarias con fármacos inmunosupresores, o mitigar los efectos dañinos de la actividad inmunitaria periférica en esta región, algún día podría permitir a los médicos ralentizar o retrasar la progresión de la enfermedad.
Dr. Tiziano Balzano, Centro Integral de Neurociencias HM Cinac de Madrid.
Más allá del nigrosoma: una nueva visión
Esta investigación no sólo arroja luz sobre el papel del nigrosoma: ofrece una nueva perspectiva sobre la enfermedad de Parkinson en su conjunto. La enfermedad puede ser el resultado de una interacción compleja entre el sistema nervioso y el sistema inmunológico, influenciada en parte por la arquitectura vascular particular de la región del cerebro afectada.
Ahora hay muchas cosas que hacer. ¿El primero de todos? Modula la respuesta inmune sin comprometer las defensas naturales del organismo. Como concluye el propio Balzano: "Comprender la vulnerabilidad única del nigrosoma podría ser la clave para desarrollar tratamientos más específicos y eficaces para la enfermedad de Parkinson".
El camino hacia la cura del Parkinson aún es largo, pero leyendo esta investigación parece que todos los caminos conducen al nigrosoma.