¿Alguna vez olvidó su almuerzo y se encontró rodeado únicamente de enchufes eléctricos? Pues bien, en un futuro no muy lejano, es posible que esto ya no sea un problema. Gracias a la electrobiología, los científicos están allanando el camino hacia un mundo en el que las células puedan obtener su energía directamente de la corriente eléctrica.
Prepárese para un viaje hacia el futuro donde la biología se encuentra con la electricidad y su cuerpo podría convertirse en el dispositivo recargable definitivo. No, en serio: antes de tirar a la basura el artículo por su provocativo inicio, mira lo que están estudiando.
Cuando la biología se encuentra con la electricidad: una historia de amor inesperada
Imagina que eres una célula. Tu vida gira alrededor al ATP, trifosfato de adenosina, la molécula fundamental para las reacciones celulares, la principal forma de almacenamiento de energía inmediatamente disponible para los organismos vivos. Prácticamente, la moneda energética del mundo microscópico, pagamos por todo lo que hacemos con ella.
Hasta ahora, para conseguirlo había que depender de la alimentación: procesos metabólicos complejos, azúcares y mucho trabajo. Hoy, metafóricamente hablando, los científicos han hecho una propuesta tentadora a las células: "¿Qué tal si se llenan directamente desde el alvéolo?"
Esto, en pocas palabras, es lo que la electrobiología intenta lograr. Y no, no estamos hablando de ponerte un cargador USB en el oído (todavía).
El ciclo AAA: no es sólo para las pilas del mando a distancia

En el centro de esta investigación (que te enlazo aquí) existe lo que los científicos han denominado, con un toque de humor nerd, el ciclo AAA (ácido ATP/aldehído). No es el acrónimo de pilas alcalinas, sino de un ingenioso sistema de 3-4 enzimas que hacen un trabajo extraordinario: transformar la electricidad directamente en ATP.
El proceso se produce a -0,6 V en comparación con un electrodo de hidrógeno estándar (SHE) y es compatible con procesos biológicos de transcripción/traducción, como la síntesis de ARN y proteínas a partir de ADN.
Extracto del estudio.
En otras palabras, estas células están aprendiendo a hablar el lenguaje de la electricidad y lo están traduciendo al biología puro. Es como si estuviéramos enseñando a un teléfono inteligente a producir proteínas en lugar de notificaciones.
Electrobiología: sin membranas, sin problemas
Uno de los aspectos más interesantes de este sistema es que no depende de las membranas celulares. Para aquellos que no son biólogos, esto es un poco como decir que no se necesita una casa entera para cocinar, sólo una estufa portátil. Hace que todo sea mucho más fácil, especialmente cuando se trata de biología sintética in vitro.
Piense en las posibilidades: laboratorios que producen medicamentos que funcionan directamente desde la red eléctrica, o computadoras de ADN que funcionan con baterías. Es como si le estuviéramos dando a la vida misma una actualización de firmware (con la esperanza de que no falle). como los 8,5 millones de ordenadores en estos días).
Pasame el powerbank
Ahora, antes de que empieces a soñar con cargar como tu smartphone, demos un paso atrás. Todavía estamos lejos de poder “conectar” a los humanos, pero las implicaciones de la electrobiología siguen siendo alucinantes.
Imaginemos biocomputadoras alimentadas directamente desde la red eléctrica. Órganos artificiales que no necesitan flujo sanguíneo para funcionar. Fábricas de medicamentos microscópicas que producen medicamentos bajo demanda, alimentadas por una simple batería.
Es un enorme salto conceptual. Estamos hablando de pasar por alto miles de millones de años de evolución y decirle a la vida: "Aquí, prueba esta nueva fuente de energía". Como si sentáramos a un cavernícola en un Tesla. ¿Qué puede salir mal?
Electrobiología, una muestra del futuro
A medida que los científicos continúen explorando las posibilidades de la electrobiología, fantasearé con un futuro en el que la frase "me siento agotado" adquiera un significado completamente nuevo.
Mientras tanto, sin embargo, me quedo con el buen almuerzo tradicional. Al fin y al cabo, una pizza es incluso más apetecible que un cargador. Al menos en Nápoles, perdonen el cliché.