Tu espresso matutino pronto tendrá un sabor nuevo. En un mundo donde la sostenibilidad es cada vez más importante, algunas empresas emergentes desafían siglos de tradición ofreciendo un café completamente libre de granos. ¿Estamos preparados para decirle adiós a nuestro querido Arábica (o Robusta, según vuestros gustos)?
La revolución en taza: café sin granos
El mundo del café está a punto de sufrir una transformación radical. Algunas empresas innovadoras ofrecen una bebida que mantiene el sabor y aroma del café, pero sin utilizar un solo grano. Este avance podría representar una solución a los problemas de sostenibilidad que afectan a la industria cafetalera tradicional.
¿Por qué un café sin granos? El café tradicional tiene un impacto ambiental no despreciable. Según los datos di Nuestro mundo en datos, un kilogramo de frijoles produce 28,5 kg de emisiones de gases de efecto invernadero. La deforestación para dar paso a las plantaciones de café es otro problema grave, con aproximadamente 130.000 hectáreas de bosque taladas cada año durante las últimas dos décadas.
¿Cómo se obtiene café sin granos?
Las empresas emergentes están experimentando con ingredientes alternativos como semillas de dátil, proteína de guisante y cafeína extraída del té verde. El objetivo es replicar el perfil molecular del café tradicional utilizando ingredientes más sostenibles.
Atomo, una startup estadounidense, se encuentra entre las pioneras de esta revolución. Afirman que su producto tiene “la misma estructura molecular que el café tradicional”. Según una evaluación independiente, el café Atomo Genera un 83% menos de emisiones y utiliza un 70% menos de tierra agrícola. en comparación con los granos de café tradicionales.
Sí, pero ¿realmente sabe a café?
Las opiniones son contradictorias. Atomo describe su producto como “todo el aroma, la crema y el sabor complejo del café tradicional”. En una prueba de sabor "a ciegas", un periodista australiano logró identificar el café de Atomo, pero admitió que no pudo decir que no estaba hecho con granos tradicionales si no le hubieran informado.
En Europa, holandés maravilla del norte está siguiendo un camino similar. La empresa es más cautelosa con el sabor de su producto, admitiendo que todavía están trabajando para replicar fielmente la experiencia tradicional del café. Larga vida a la sinceridad.
Interés de los inversores
Los inversores se están tomando en serio esta tendencia. Helena Wasserman, inversor en el sector de la tecnología climática, apostar en LinkedIn que el café sin granos será un gran éxito. Atomo ya recaudó millones en financiación en 2023 y abrió una nueva instalación de fabricación este año.
Por supuesto, no me llamen pedante, la perspectiva medioambiental no es la única perspectiva importante. Oliver Zahn, director ejecutivo de Climax Foods, Menciona uno interesante: “¿Qué será de los cafetaleros originales? Hemos provocado un calentamiento global que está dañando sus cultivos. Les pagamos mal como una extensión del colonialismo. Y ahora también les estamos robando sus cosechas".
El futuro del café tradicional
El cambio climático ya está amenazando la producción tradicional de café. Se espera que por 2050 los rendimientos disminuirán y la tierra apta para el cultivo de café se reducirá a la mitad. Esto podría hacer café. mucho más caro en el futuro.
Sin embargo, no todo el mundo está convencido de que el café sin granos sea la única solución. Algunos estudios sugieren que la producción “sostenible” de café tradicional podría reducir las emisiones en un 77%. Medidas como el transporte marítimo en lugar de aéreo y un menor uso de insumos químicos podrían marcar una gran diferencia. Pero, sobre todo, una gran pregunta flota en el aire.
¿Está preparado el consumidor?
Muchos amantes del café son cada vez más exigentes y optan por cafés especiales y equipos profesionales de elaboración casera. Según un análisis, muchos están dispuestos a pagar más por granos producidos de forma social y ambientalmente responsable. Esta nueva conciencia podría orientar el consumo responsable de café y "salvar los granos".
En resumen, el café sin grano representa un interesante caso de estudio sobre cómo la innovación tecnológica puede abordar los desafíos ambientales. Sin embargo, también plantea cuestiones complejas sobre la equidad, la tradición y la autenticidad. Algunas personas pueden abrazar esta nueva bebida por razones medioambientales, otras pueden resistirse, viéndola como una amenaza a una tradición centenaria.
Podríamos ver un mercado donde conviven alternativas tradicionales de café y sin granos, cada una con su propio público. O podríamos ver una transición gradual hacia alternativas más sostenibles a medida que los efectos del cambio climático se vuelvan más pronunciados. En cualquier caso, la forma en que elijamos tomar nuestro café en los próximos años podría tener un impacto significativo no sólo en nuestro paladar, sino también en el planeta. Ya sea que prefiera los granos tradicionales o esté listo para experimentar con alternativas innovadoras, el debate sobre el futuro del café está destinado a permanecer candente e intenso... como un espresso recién hecho.