Cuando Frank Herbert imaginó los “Stillsuit”, los trajes espaciales fijos para su novela “Dune”, probablemente no pensó que algún día la NASA se inspiraría en su imaginación. Sin embargo, aquí estamos: el agua en el espacio está a punto de convertirse en realidad, gracias a una tecnología que convierte los desechos corporales en oro líquido. Es el fin de los pañales espaciales y el comienzo de una nueva era en la exploración cósmica. ¿Listo para descubrir cómo el pis podría ayudar en futuras misiones espaciales? Claro, ponlo así...
El arte de orinar en el espacio: una historia complicada
Hablar de pipí nunca es elegante, pero el agua en el espacio se convierte en una cuestión de vida o muerte. Hasta ahora, los astronautas han tenido que confiar en lo que pomposamente se llama una "prenda de máxima absorbencia". ¿En lenguaje sencillo? Un pañal superabsorbente. Eh. Lo sé. Eso es.
No sólo son incómodos, sino que también pueden causar infecciones del tracto urinario. No del todo a la altura de nuestra imaginación. Pero ahora podría haber un punto de inflexión.
Agua en el espacio: del problema a la solución
Un equipo de investigadores decidió tomar el toro por los cuernos, o mejor dicho, orinar por el tubo, diseñando un nuevo tipo de ropa interior que no sólo recoge la orina, sino que la convierte en agua potable. Eche un vistazo a la investigación para producir el prototipo. Es como tener una mini planta de tratamiento de aguas residuales pegada a tu trasero.
El traje puede purificar medio litro de agua en el espacio en cinco minutos
De las notas del equipo de investigación.
¿Medio litro en cinco minutos? Eso es más rápido de lo que le toma a la cafetera de la oficina prepararme un espresso. Y probablemente más saludable, considerando la cantidad de café que bebemos todos, pero no estoy dispuesto a probarlo.

¿Cómo funciona?
El sistema es tan ingenioso como repugnante (en el buen sentido, claro). La orina se recoge en una especie de copa anatómica (imagínense una huevera de alta tecnología) y luego se envía a un sistema de filtración.
Primero se elimina el agua salada de la orina y luego se elimina la sal de esa agua. Finalmente, el agua se enriquece con electrolitos y se envía a la bolsa para beber. Es como tener una mini planta de agua mineral en tu ropa interior. Y puede resultar muy útil, por ejemplo, en futuros proyectos. Misiones lunares Artemisa.
No es exactamente un traje Fremen, pero se acerca
Obviamente, esos fueron impulsados por el movimiento del cuerpo (están trabajando en eso) mientras que nuestros astronautas tendrán que llevar consigo una batería de 20,5 voltios. Todo el sistema, incluidas bombas, sensores y pantallas, pesa aproximadamente 8 kg. No es tan ligero como una pluma, pero definitivamente es mejor que morir de sed en el espacio.
Los investigadores admiten que el sudor sería más fácil de filtrar que la orina. Pero decidieron centrarse en un solo “producto de desecho” para su primer prototipo. “Un paso a la vez”, dicen. Sabia decisión. Después de todo, no se puede esperar pasar de los pañales a los trajes Fremen en un solo día.
El agua en el espacio tiene "efectos" en la Tierra: desde bomberos hasta excursionistas
No penséis, como algunos comentaristas perezosos, que esta tecnología sólo es útil en el espacio. Julio Rezende, de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte en Brasil, ve posibles aplicaciones terrestres. Imaginemos a los bomberos combatiendo incendios forestales o a los excursionistas recorriendo largos senderos, capaces de reciclar sus fluidos corporales en agua potable.
Los investigadores continúan probando y perfeccionando su sistema, y algún día traeremos no solo agua al espacio, sino también nuestra capacidad de convertir desechos en recursos. Porque al final la verdadera frontera no es el espacio, sino nuestra capacidad de adaptarnos y sobrevivir en él. Y si eso significa beber nuestro pis purificado, que así sea. Después de todo, no hay nada que el ingenio humano no pueda convertir en una oportunidad. Incluso si esa oportunidad llega en forma líquida y… decididamente personal.