Compartir coche nunca volverá a ser lo mismo. Verne, una startup fundada por veteranos de la industria automotriz, está a punto de lanzar una flota de taxis eléctricos totalmente autónomos que prometen transformar la forma en que nos desplazamos por las ciudades. Vehículos sin conductor que ofrecen una nueva visión del transporte compartido, personalizado y "de lujo". ¿Cómo funciona esta tecnología y qué significa para el futuro de la movilidad urbana?
Carpooling 2.0: el origen de una visión
Verne nace de la intuición de tres figuras destacadas del mundo del automóvil: Compañero Rimac, director general de Rimac Automobili, Marko Pejkovic, ahora director ejecutivo de Verne, y Adriano Mudri, Director de Diseño. Su visión es crear un sistema de uso compartido de vehículos totalmente automatizado que pueda navegar de forma autónoma a través del tráfico de la ciudad.
En el corazón del sistema Verne se encuentra la colaboración con Mobileye, empresa especializada en software de conducción autónoma. Los vehículos están equipados con un conjunto de sensores muy sofisticado que incluye cámaras, radar y lidar. Esta tecnología permite taxis autónomos para atravesar con seguridad diferentes entornos urbanos, adaptarse a diversas condiciones climáticas y reaccionar a los estilos de conducción de los vehículos circundantes.
Una experiencia de viaje totalmente rediseñada
El interior de los taxis Verne ha sido diseñado para maximizar el confort de los pasajeros. Diseñados para dos personas (según datos que muestran que el 90% de los viajes involucran sólo a uno o dos pasajeros), tienen un espacio interior similar al de un Rolls-Royce.
Una pantalla de 43 pulgadas proporciona entretenimiento durante el viaje, mientras que un sistema de sonido envolvente con 17 altavoces envuelve a los pasajeros. La iluminación y la temperatura son personalizables y un techo panorámico le permite disfrutar de la vista exterior. El carpooling pasa de ser una mera experiencia de transporte a un momento de bienestar. ¿Y qué tenemos afuera?
Diseño funcional, fácil reserva, “casa madre”
El exterior del vehículo está optimizado ni más ni menos que el interior. La forma maximiza la eficiencia energética, mientras que la ausencia de espejos laterales y limpiaparabrisas mejora aún más la aerodinámica y facilita la limpieza. Las puertas correderas facilitan la entrada y salida, incluso en espacios reducidos.
¿Y por el lado del software? Verne ha desarrollado una aplicación específica que permite a los usuarios reservar un vehículo en tiempo real, personalizar la experiencia de viaje antes de que llegue el taxi (eligiendo las luces, la temperatura del vehículo e incluso la lista de reproducción con antelación) y controlar la ubicación del taxi que se aproxima.
Al final del día, como cualquier Roomba, los taxis Verne regresan a la "Casa Madre", una estructura exclusiva donde se estacionan, limpian, mantienen y recargan. Este enfoque garantiza que cada vehículo esté siempre en óptimas condiciones para el servicio.
El futuro del coche compartido urbano: las ambiciones globales de Verne
Tras su lanzamiento en Zagreb en 2026, la empresa pretende expandirse a otras ciudades europeas, centrándose en el Reino Unido y Alemania, antes de llegar a Oriente Medio. Ya se han firmado acuerdos con 11 ciudades y se están negociando con más de 30 metrópolis de todo el mundo.
La llegada de los taxis autónomos de Verne podría tener un impacto significativo en nuestras ciudades, con potenciales reducciones del tráfico y la contaminación, una mayor accesibilidad al transporte para diferentes segmentos de la población y posibles reducciones de los costes del transporte urbano a largo plazo.
Verne puede suponer un salto cualitativo en el concepto de coche compartido y movilidad urbana. Combinando conducción autónoma, propulsión eléctrica y una experiencia de usuario de lujo, estos vehículos podrían redefinir la forma en que nos movemos por las ciudades. Todos en el carruaje.