La inteligencia artificial avanza a pasos agigantados y el futuro del trabajo es cada vez más incierto. Muchos ven en el renta básica universal una posible solución, pero Darío Amodei, director ejecutivo de Anthropic, cree que eso no es suficiente. Según él, es necesario pensar en grande y rediseñar toda la economía.
Entendamos lo que esto significa para el trabajador promedio y cómo podría ser este futuro radicalmente diferente.
La IA y la concentración del poder económico
A menudo nos decimos que la llegada de la inteligencia artificial está provocando una rápida transformación. del panorama laboral. Las máquinas son cada vez más capaces de apoyado por "colegas" trabajadores, o para realizar tareas que antes estaban reservadas a los seres humanos. Y existe una creciente preocupación de que el poder y la riqueza puede concentrarse en manos de unos pocos.
Esta perspectiva ha llevado a muchos en la industria tecnológica a proponer una renta básica universal. como posible solución.
Renta básica universal: ¿una solución insuficiente?
Desde hace tiempo se considera que la renta básica universal, un pago recurrente a todos los adultos independientemente de su riqueza o situación laboral, como una potencial red de seguridad para aquellos cuyos empleos se ven amenazados por la IA. Amodei cree que incluso este enfoque, aunque “mejor que nada”, es insuficiente para abordar los desafíos que tenemos por delante.
“Preferiría con mucho un mundo en el que todos pudieran contribuir”, afirma el “padre” de Claude AI, que recientemente parece haber superado el modelo más avanzado de OpenAI, GPT-4o. "Sería una especie de distopía si existieran estas pocas personas que pudieran ganar billones de dólares y luego el gobierno lo distribuyera todo entre las masas".
Repensar la economía y el significado del trabajo
Amodei cree que El impacto de la IA en la sociedad será tan profundo que requerirá un rediseño completo de nuestra economía y la forma en que pensamos sobre nuestras vidas. No se trata sólo de encontrar una manera de distribuir la riqueza, sino de repensar completamente el concepto de contribución a la sociedad.
Esta visión plantea preguntas importantes: ¿Cómo podemos crear una economía en la que todos puedan contribuir de manera significativa en un mundo dominado por la IA? ¿Cómo redefiniremos el futuro del trabajo humano y su valor cuando muchas tareas tradicionales estén automatizadas?
Más allá de los ingresos: “computación básica universal”
Amodei no es el único que piensa más allá de la renta básica universal. Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, propuso la idea de uno “computación básica universal”. Este concepto sugiere que, a medida que avanzan los grandes modelos lingüísticos, poseer una parte de uno de estos modelos podría volverse más valioso que el dinero mismo. Sería un poco como poseer una parte de los factores de producción.
Esta propuesta abre escenarios fascinantes: en un futuro no muy lejano, podríamos ver una sociedad en la que la "riqueza computacional" pase a ser más importante que la riqueza financiera tradicional. Una sociedad en la que el futuro del trabajo sea simplemente la ausencia de trabajo. ¿Cómo se traduciría esto en la vida diaria de las personas?
Los desafíos éticos y sociales en el futuro del trabajo
La visión de Amodei y otros líderes de la industria de la IA plantea importantes cuestiones éticas y sociales. Deberíamos asegurarnos de que esta transición hacia una economía basada en la IA sea justa e inclusiva. Debemos preservar el sentido de propósito y realización que muchos encuentran en el trabajo tradicional.
Y luego, la cuestión de la gobernanza: ¿quién decidirá cómo estructurar esta nueva economía? ¿Cómo podemos garantizar que las decisiones que tomamos reflejen las necesidades y deseos de toda la sociedad, no sólo de una élite tecnológica?
Amodei, a diferencia de algunos sabelotodo, subraya que no tiene todas las respuestas. Cree que la solución debe surgir de una “conversación entre hombres”. Un diálogo global sobre el futuro del trabajo en el que participarán no sólo expertos en tecnología y economía, sino también filósofos, sociólogos, teología, trabajadores y ciudadanos comunes y corrientes.
Preparémonos para un futuro incierto
La visión de Amodei nos lleva a imaginar un futuro del trabajo que vaya más allá de la simple compensación económica. Nos invita a considerar cómo necesitamos reestructurar nuestra sociedad para garantizar que todos puedan contribuir de manera significativa, incluso en un mundo donde la IA puede realizar muchas de las tareas tradicionalmente humanas.
Es un futuro incierto, pero hay que vivirlo con pasión y compromiso mientras los humanos tengamos la oportunidad de darle forma.