Sería bueno poder disfrutar del sabor de la sal sin los riesgos para la salud asociados con una dieta rica en sodio. ¿Bien? Pues podrás hacerlo gracias a la nueva cuchara eléctrica de Kirin. ¿Cosas? Es un dispositivo que utiliza suaves descargas eléctricas para engañar a la lengua y hacerle percibir más sal en los alimentos bajos en sodio.
Desarrollada en colaboración con una universidad japonesa, esta cuchara tiene el potencial de revolucionar la forma en que abordamos la alimentación saludable. Pero antes de emocionarse demasiado, hay que tener en cuenta algunas consideraciones de seguridad importantes.
Una idea… electrizante para paladares exigentes
El concepto detrás de este invento surge de un estudio de hace unos años, eso me llamo la atencion: pasar una pequeña corriente eléctrica a través de la lengua para “concentrar las moléculas de iones de sodio”, aumentando así la percepción del sabor salado.
En la práctica, es como si la cuchara añadiera un toque de “sal eléctrica” a los platos. ¿El objetivo? Según Kirin, se trata de ayudar a las personas a comer más sano permitiéndoles disfrutar de alimentos bajos en sodio sin perder esa pizca extra de sal.
De los palillos a la cuchara: la evolución de la electrococina
La cuchara eléctrica para “sal” no es el primer experimento de Kirin en este campo. La empresa ya había probado la tecnología en un juego de palillos conectado mediante un cable a una batería de muñeca. Según sus estudios, los palillos aumentaron la percepción del sabor salado hasta en un 50%. ¡Nada mal para un par de palos!
Si ya te estás imaginando llevarte la cuchara eléctrica al restaurante para darle un toque de sabor a tus platos, puede que te lleves una decepción. Por el momento, Kirin planea producir sólo 200 unidades en una edición limitada, al precio nada barato de 19.800 yenes (unos 127 euros). Pero no se desespere: la empresa planea expandirse a los mercados extranjeros el próximo año y espera llegar a un millón de clientes en los próximos cinco años.
Ojo: no es para todos los gustos
Siempre, y por tanto también en el caso de la cuchara "mágica", lo mejor es leer atentamente las advertencias. De acuerdo con la precauciones de seguridad de Kirin, hay varias categorías de personas que deberían evitar su uso. Entre ellos se incluyen quienes tienen implantados dispositivos médicos como marcapasos, quienes padecen alergias a los metales, quienes tienen problemas del nervio facial, trastornos hemorrágicos, quienes están recibiendo tratamientos dentales o quienes pueden estar embarazadas.
En definitiva, una lista bastante larga y desalentadora, sobre todo porque incluye a muchas de las personas que más podrían beneficiarse de esta herramienta. Es grotesca la imagen de un hipertenso que, para evitar la sal, se electrocuta con una cucharada letal.
¿Qué hago con una cuchara?
Sería bueno que esta cuchara pudiera engañar las papilas gustativas de todos nosotros, sin distinción, para hacernos comer más sano. Un poco de ayuda tecnológica para que las comidas sean más sabrosas podría marcar la diferencia. Lástima que a mí tampoco me gustan los shocks.
No. Yo diría que la cuchara de sal eléctrica no es precisamente un objeto cotidiano (al menos por ahora), pero representa un paso interesante hacia un enfoque más creativo e innovador de la alimentación saludable. ¿Qué más entonces? ¿Tenedores que añaden sabor a chocolate a las verduras o platos que convierten el agua en vino?
Creo que he oído esto antes.
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