Una vez pasado Halloween, todavía queda un espectro que recorre Europa (y Estados Unidos), y no es el del comunismo descrito en aquel famoso incipit: es el de las leyes sobre el derecho a reparar. Este es un potencial punto de inflexión que podría cambiar fundamentalmente nuestra relación con la tecnología.
Por supuesto, se trata de prolongar la vida útil de nuestros dispositivos, pero también de contribuir significativamente a reducir su impacto medioambiental. Y eso no es todo: el derecho a reparar también influirá en las estrategias de negocio de las grandes tecnológicas, empujándolas hacia un modelo más sostenible y responsable. ¿Es por eso que aún no se han completado? Vemos.
El derecho a reparar: la situación actual entre obstáculos y limitaciones
Cada vez es más difícil reparar dispositivos. Y por varias razones. La práctica conocida como “emparejamiento de piezas”, que vincula piezas individuales a los dispositivos que se envían mediante números de serie únicos, ha hecho que las reparaciones sean cada vez más complicadas. Además, los elevados costes de los servicios de reparación oficiales y la dificultad de acceder a ellos suelen desanimar a los consumidores, que acaban sustituyendo el dispositivo en lugar de repararlo. ¿Es verdad o no? Lo sé, tú lo sabes.
¿El precio? Pagamos por ello. Y el medio ambiente.
¿Cuántas veces has pensado que nuestros electrodomésticos tienen una especie de “fecha de caducidad”? El famoso fenómeno conocido como “obsolescencia programada” ya ha sido superado. Sí, señor. Ahora es incluso peor que eso.
Según un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente, muchos de los productos electrónicos de nuestros hogares –desde televisores hasta aspiradoras– se utilizan de media 2,3 años menos que su vida útil diseñada o deseada. Esto contribuye al aumento de los residuos electrónicos, que en 2020 alcanzaron la cifra estimada de 53 millones de toneladas. No es sólo una cuestión de conveniencia o costo: es una cuestión ambiental.
El derecho a reparar: un rayo de esperanza
Las nuevas leyes sobre el derecho a reparar están ganando terreno tanto en Estados Unidos como en Europa. Estas leyes tienen como objetivo dar a los consumidores más poder para reparar sus dispositivos, ofreciendo una luz de esperanza para un futuro más sostenible.
En California, Minnesota, Nueva York, el derecho a reparar es ley desde hace muy poco tiempo (en California durante unos veinte días). El que actualmente se debate en el Parlamento Europeo podría convertirse en ley de la UE el próximo año. Todo ello podría tener un impacto significativo en la forma en que se diseñan, venden y utilizan los productos tecnológicos. En otras palabras, sobre las empresas tecnológicas.
¿Qué tipo de impacto?
Las grandes empresas tecnológicas ya están empezando a responder a estas presiones legislativas. Apple, por ejemplo, introdujo un puerto de carga USB-C en el iPhone 15, en respuesta a las regulaciones de la UE que exigen cargadores comunes para dispositivos electrónicos (todavía están desaparecidos muchos de sus dispositivos).
En EE.UU., la tienda en línea desde Microsoft Hecho disponible de tiempo Kits de reparación específicos para el mando Xbox Elite Wireless Series 2 y para el modelo estándar, que es el más habitual. Estos kits incluyen llaves, cubiertas y componentes internos para facilitar las reparaciones de bricolaje.
SamsungEn su lugar, él ofreció Desde hace unos meses surge la posibilidad de reparar algunos de tus smartphones de la serie Galaxy en casa.
Seamos claros: son paliativos. Buenas iniciativas en un marco que todavía no obliga a las empresas a tomar decisiones más responsables y orientadas al consumidor. Las leyes sobre el derecho a reparar harán de esta actitud una predisposición "genética" de las empresas. Un deber, por cierto.
Hacia un modelo de negocio más sostenible
Las nuevas leyes tendrán que empujar a las empresas a repensar las suyas modelos de negocio. Por ejemplo, podrían fomentar el diseño de productos más duraderos y fácilmente reparables. Esto, a su vez, podría reducir la necesidad de producir nuevos dispositivos, lo que ayudaría a reducir el impacto medioambiental y los costes para los consumidores.
Las empresas se han vuelto demasiado agresivas, demasiado codiciosas.
Aarón Perzanowski, profesor de derecho en la Universidad de Michigan y experto en derecho a reparación.
No sólo en casa: la revolución de la reparabilidad del kilómetro cero
Si las leyes sobre el derecho a reparar se implementan de manera efectiva, es posible que veamos una reactivación de los talleres de reparación locales. “Si tengo un producto defectuoso, puedo ir a un taller local, idealmente a cinco minutos de distancia, dejarlo allí, tomar un buen café y recuperar mi producto una hora más tarde”, imagina. René Repasi, miembro alemán del Parlamento Europeo.
Esto no sólo beneficiaría a la economía local, sino que también reduciría el impacto medioambiental del transporte de dispositivos defectuosos.
El papel de las tecnologías emergentes
Las tecnologías emergentes, como la impresión 3D, también podrían desempeñar un papel crucial a la hora de hacer que las reparaciones sean más accesibles. Imagine un futuro en el que las piezas de repuesto puedan imprimirse en 3D directamente en el taller de reparación, reduciendo costes y tiempos de espera.
Esto podría revolucionar el concepto mismo de "reparabilidad", haciéndolo más eficiente y sostenible. Se acabaron las "pesadillas logísticas" como viajar al otro lado del mundo para transportar cuatro piezas de plástico necesarias para reparar un teléfono.
En resumen: necesitamos el derecho a reparar mal
El derecho a reparar es un maldito problema de responsabilidad social. Un problema real, moderno y urgente.
Las nuevas leyes y las tecnologías emergentes nos brindan la posibilidad real de un futuro en el que los dispositivos estén diseñados para durar y ser reparados, en lugar de reemplazados. Se trata de uno de los acontecimientos verdaderamente disruptivos con respecto a la economía mundial: y por lo tanto no interesa a ningún charlatán escéptico que se dedique a comentar (obviamente con su teléfono inteligente) cosas como "la tecnología nos ha arruinado".
Pero a ti sí, ¿no? ¡Corramos a cubrirnos!