En el panorama actual de innovaciones tecnológicas, esta creación de Jacob Kritzinger marca un interesante ejemplo de diseño y sostenibilidad medioambiental. Este joven graduado de la Universidad de California en Berkeley ha creado un sistema de aire acondicionado que no sólo refresca el aire, sino que también contribuye a la purificación del medio ambiente. La peculiaridad de FungalForm radica en su estructura: una torre de enfriamiento de terracota con núcleo de micelio, diseñada para cultivar hongos comestibles.
El diseño innovador y la elección de materiales.
El diseño de FungalForm es el resultado de numerosas investigaciones y experimentos. Kritzinger exploró diferentes mezclas de suelo, perfeccionando la composición ideal que permitiría un control óptimo del flujo de agua dentro de la estructura. El uso de terracota no es casual: Este material natural ofrece propiedades únicas para el enfriamiento pasivo mediante evaporación. Además, la integración de un núcleo de micelio llamado MycoCore representa un ejemplo excepcional de cómo los materiales biológicos se pueden utilizar de forma innovadora en el campo tecnológico.
FungalForm funciona a través de un mecanismo de enfriamiento dual: activo y pasivo. Refrigeración activa está garantizada por un ventilador oscilante integrado, mientras que el refrigeración pasiva se obtiene mediante la evaporación del agua de la superficie exterior de la torre. El agua, vertida en el tanque superior, pasa a través del núcleo de micelio donde no sólo contribuye al enfriamiento, sino también al crecimiento de los hongos. Estos últimos desempeñan un papel crucial en la "micoremediación", o en la purificación del medio ambiente de sustancias tóxicas.

Micelio, tecnología integrada e interactividad
Más allá de su función principal de enfriamiento, FungalForm está equipado con un sistema inteligente que monitorea varios parámetros ambientales. Este sistema, controlado a través de una aplicación móvil dedicada, detecta y regula la humedad en el núcleo del micelio, garantizando condiciones óptimas para el crecimiento del hongo. También monitorea la temperatura, la velocidad de circulación del aire y los niveles de oxígeno, carbono y partículas contaminantes. Esta interactividad no sólo aumenta la eficiencia del dispositivo, sino que también permite a los usuarios participar activamente en el proceso de micromediación. La visión de Kritzinger con FungalForm va más allá de la mera invención de un nuevo tipo de aire acondicionado "vivo". Su objetivo es redefinir el concepto mismo de climatización doméstica, combinándolo con estrategias de sostenibilidad medioambiental.
Forma fúngica, sí reconocido por el Premio James Dyson 2023, podría convertirse en pionera en el mercado de productos domésticos diseñados para la sostenibilidad. Su comercialización no sólo respondería a la creciente demanda de soluciones ecológicas, sino que también podría estimular nuevas innovaciones en el sector del aire acondicionado y la purificación del aire. ¿Qué opinas?