Rusia ha decidido dar un paso atrás. Un paso que sacude los mercados y enciende una gran luz roja sobre la seguridad alimentaria mundial. El acuerdo en cuestión es el que incluso en tiempos de guerra permitió la exportación de trigo ucraniano a través del Mar Negro, un acuerdo que ahora parece destinado a acabar en el olvido.
El trigo, un bien preciado
El trigo no es un bien cualquiera. Es un elemento fundamental en la nutrición de millones de personas en todo el mundo. Y cuando Rusia anunció, horas antes de que expirara el acuerdo, que no renovaría la Iniciativa de Granos del Mar Negro, el mundo contuvo la respiración.
El acuerdo, mediado el año pasado por la ONU y Turquía (que sigue siendo optimista, hay que decirlo, sobre la reanudación de las negociaciones) fue un raro momento, de hecho el único, de tregua diplomática en los últimos años. conflicto ucraniano, diseñado para evitar una crisis alimentaria mundial.
Un terremoto de comida
Obviamente, la noticia ya ha provocado que los precios del trigo, el maíz y la soja se hayan disparado. En particular, los futuros del trigo son aumentó 3%, alcanzando el nivel más alto desde el pasado 28 de junio, cuando el contrato cotizaba a 706,25 centavos.
Sin embargo, los precios del trigo se mantienen actualmente muy por debajo de los niveles récord de 1177,5 centavos por bushel alcanzados el año pasado. ¿Por cuanto tiempo más?
Crisis crónica
La Iniciativa se ha ampliado varias veces, en medio de un creciente descontento en Rusia por las restricciones percibidas que limitan el envío completo de sus exportaciones de cereales y fertilizantes.
el presidente ruso Vladimir Putin reiteró esos agravios durante una llamada de fin de semana con el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, declarando (según la traducción de un informe del Kremlin) que no se había logrado el objetivo clave de suministrar cereales a los países necesitados, incluidos los del continente africano.
En esencia, según el líder ruso, el trigo no se utiliza en los países más difíciles (como Somalia, azotado por la desnutrición infantil), sino que se desvía hacia los mercados europeos. De ahí, al menos oficialmente, los motivos de la ruptura. Para los países de la OTAN, sin embargo, la opción rusa es sólo un "garrote" utilizado con fines militares.
Trigo, un golpe de gracia
Cualquiera que sea la causa real, la retirada de Rusia sería el golpe final a un acuerdo que parecía destinado a terminar de todos modos. Los datos de la ONU muestran que los envíos de granos han disminuido constantemente desde enero pasado.
Por ello, los inversores ya se estaban preparando de alguna manera para tal eventualidad, pero no del todo. Esta medida supondrá un duro golpe para los mercados, la estabilidad de precios y las necesidades de cereales en todo el mundo en desarrollo.
No es un simple juego de ajedrez geopolítico: cuando hablamos de trigo, hablamos de pan, comida, supervivencia. Y en este juego, como siempre, los más vulnerables pagarán el precio más alto.