Investigadores de la Universidad de Waterloo en Bélgica y de Toronto en Canadá han desarrollado un sistema para producir electricidad de forma fiable, compacta y respetuosa con el medio ambiente. ¿Como? Tras una década de investigación, lograron inventar un nuevo material capaz de generar energía a partir de vibraciones, aprovechando el efecto piezoeléctrico. Pero procedamos con el orden.
El desafío de las energías limpias
En los últimos años, encontrar nuevas formas de producir energía limpia se ha convertido en una prioridad para muchos científicos. ¿Los propósitos? Muchos. Producción de energía, protección del medio ambiente, lucha contra el cambio climático. Con estos objetivos en mente, el equipo de ingeniería diseñó un material piezoeléctrico para crear nanogeneradores ecológicos de alto rendimiento.
Asif Khan, investigador de la Universidad de Waterloo que dirigió el estudio, habla en serio. Cree que esta innovación permitirá a la gente depender menos de fuentes de energía contaminantes y no renovables.
Sin embargo, ¿cómo y cuándo? De hecho, no puedo decirte si tengo buenas vibraciones sobre esto. ¿Puedes averiguar más?
El nuevo nanogenerador: una joya de la tecnología
Los investigadores han desarrollado un cristal grande único basado en un compuesto molecular de haluro metálico, llamado "Edabco - cloruro de cobre". y explotando El efecto Jahn-Teller, (caracterizado por la distorsión espontánea de la geometría de un campo cristalino) logró crear nanogeneradores altamente eficientes. ¿Cómo de alto? Mucho.
Asif Khan explica que estos dispositivos muestran una potencia sin precedentes. Son capaces de captar incluso las vibraciones mecánicas más débiles en cualquier situación dinámica. Para más detalles, enlace el estudio al final del artículo.
Energía “portátil” a partir de vibraciones
El nanogenerador creado es muy pequeño. Tiene un lado de sólo 2,5 cm y tiene un grosor similar al de una tarjeta de visita. Prohibición de Dayan, profesor de ingeniería eléctrica e informática en la Universidad de Waterloo, cree que esto lo hace perfecto para la integración en sensores en dispositivos electrónicos conectados, marcapasos, sonares, naves espaciales y muchos otros.
Consideremos: los latidos del corazón humano podrían alimentar los sensores de un marcapasos: las vibraciones de un avión podrían operar los sistemas de monitoreo sensorial del avión.
Para más información, puede consultar el artículo publicado sobre Comunicaciones de la Naturaleza.