Egipto acaba de anunciar un ambicioso proyecto llamado "Nuevo Delta". ¿Qué es eso? En definitiva: un río artificial de 114 kilómetros de longitud, valorado en más de 5 millones de euros. Será el más grande de su tipo en el mundo.
Una increíble hazaña de ingeniería.
El río artificial egipcio comprende dos proyectos distintos, "El futuro de Egipto" e "Al sur del eje El-Dabaa". El objetivo de ambos es, de hecho, ayudar a mejorar el cultivo de cultivos estratégicos. Un viático que ayudará a reducir las importaciones y a solucionar los problemas derivados de conflicto en ucrania.
"Nuevo Delta" hará de una forma moderna y razonada (además de a escala reducida) lo que hacía el Nilo en el antiguo Egipto con sus crecidas anuales: aumentar la superficie agrícola. Según Asharq Business, el área agrícola bajo este proyecto será de 900.000 hectáreas.

Río artificial: efectos sobre el empleo y la seguridad alimentaria
En términos de trabajo, "Nuevo Delta" abrirá muchas oportunidades de trabajo. Se estima que el proyecto ofrecerá aproximadamente 10.000 contrataciones directas y más de 360.000 puestos de trabajo relacionados. El presidente egipcio Abdel Fattah El-Sisi declaró (no sin énfasis) que el río artificial será el proyecto más grande en la historia de Egipto. No, no usó el término "faraónico".".
El sitio web del Servicio de Información del Estado de Egipto reitera que el objetivo del río artificial es bajar los precios de los productos agrícolas de alta calidad exportando el excedente al exterior. En pocas palabras clave: reducción de importaciones, desarrollo sostenible y seguridad alimentaria.
En el horizonte, un coloso
Egipto no es el único país que planea un río artificial para resolver problemas de agua y agricultura. Recientemente, Arabia Saudita también reveló sus planes obviamente gigantescos (La línea del espejo doceto).
El río artificial saudita promete ser incluso más largo que el Nilo, unos buenos 12.000 kilómetros. Eso sí, con un ancho de tan solo 11 metros y una profundidad de 4 metros. No es realmente navegable, digamos.
Estos ambiciosos proyectos podrían cambiar radicalmente el futuro de la agricultura y el suministro de agua en áreas áridas como Egipto y Arabia Saudita. Un día podríamos ver enormes ríos artificiales fluyendo a través del desierto, trayendo vida y oportunidades a millones de personas.