No es ningún secreto que Isaac Newton fue un genio de la física y las matemáticas, pero pocos saben que también tenía un lado más oscuro y bizarro. Entre alquimia, ocultismo y estudios sobre profecías bíblicas, el querido científico que todos recordamos para la historia (inventado) sobre la manzana trató de predecir nada menos que el fin del mundo.
Teórico de la conspiración a tiempo parcial
In algunas de sus notas privadas, probablemente nunca tuvo la intención de hacerse público, Newton trató de predecir el Apocalipsis basado en su comprensión protestante de la Biblia y eventos relacionados. En una de estas notas, el científico se refirió al año 2060. Es importante recalcar que Newton no predijo exactamente la destrucción del mundo en 2060, sino el fin del mundo tal como lo conocemos. De alguna manera, el final de una era.
Alrededor de esa fecha, escribió, Cristo regresaría para establecer un reino mundial de paz. Hacia el 2060 la “Babilonia”, o la corrupta Iglesia Trinitaria, habría caído dejando espacio para la difusión del verdadero Evangelio. ¿Por qué no difundió públicamente sus notas? Probablemente por sabia prudencia: fervor religioso sí, pero también conciencia de que cometer errores Las previsiones trae descrédito.

Newton: el lado humano de un genio
Irónicamente, la profecía verdaderamente "autocumplida" de Newton es que sus predicciones fallan al colocarlo en la categoría de esos hombres "imaginativos" que ponen en peligro la credibilidad de ciertas visiones. Pero esto también nos muestra el lado humano de un genio que, como todo el mundo, tenía sus manías y sus pasiones.
Para comprender mejor las predicciones de Newton, es útil considerar el contexto histórico en el que vivió. En el siglo XVII, la alquimia, el ocultismo y la profecía bíblica fueron temas de gran interés para muchos intelectuales. Así, no es tan sorprendente que Newton se dedicara al estudio de estas materias además de la física y las matemáticas.
En cualquier caso, sus teorías han sido objeto de estudio y discusión entre expertos. Son parte integral de su herencia cultural e intelectual: nos muestran una muestra representativa de su mente compleja y creativa, y eso está bien. Incluso los grandes genios pueden tener un lado misterioso y fascinante.