Levante la mano si nunca ha querido al menos una vez dejar de envejecer y retroceder en el tiempo. Dos deseos que acompañan a la humanidad desde antiguas leyendas y religiones, y que muchas veces van de la mano. El imaginario colectivo de la eterna juventud encarna ambas cosas en el sueño de ver algún día a hombres inmortales y en perfecta forma.
La primera fase finalmente parece estar en marcha: gracias a la era del big data y a los avances en inteligencia artificial y aprendizaje automático, los científicos han logrado comprender mejor los mecanismos del envejecimiento y cómo actúa en el cuerpo humano.
¿Y el segundo?
Un estudio publicado recientemente utilizó estas nuevas tecnologías para investigar si es posible no sólo detener, sino revertir el envejecimiento en los seres humanos. Los resultados se publicaron en el servidor de preimpresión de BioRxiv, en espera de revisión por pares. y los enlazaré aquí.
Cuando se pierde la resiliencia del cuerpo, es decir, su capacidad para soportar todas las tensiones del envejecimiento, sólo le quedan unos pocos años de vida.
Segundo Pedro Fedichev, académico en investigación sobre longevidad, “el número de personas que muestran pérdida de resiliencia aumenta exponencialmente en la población y se duplica cada ocho años. Al igual que la tasa de mortalidad."
inmortales? Tal vez. ¿Joven otra vez? Tal vez nunca
Para Fedichev, la pérdida de resiliencia está impulsada por un proceso termodinámico irreversible. El estudio define esta “verdadera edad” como edad biológica termodinámica (tBA) y afirma que "provoca el movimiento lineal e irreversible de variables fisiológicas, reduce la resiliencia y acelera la incidencia de enfermedades crónicas y el riesgo de muerte".
¿Las buenas noticias? El estudio sugiere que, en teoría, este proceso puede detenerse: de ello se deduciría que los humanos podrían volverse inmortales o al menos vivir mucho más tiempo. ¿El malo? Por la misma razón, sin embargo, invertir la edad de un ser humano es biológicamente imposible.
¿Y los ratones?
Estudios previos han demostrado reversión del envejecimiento en ratones, y la esperanza de los investigadores es que esta técnica se pueda aplicar a las células humanas. Fedichev argumenta que no es y nunca será posible: los humanos son, literal y figurativamente, un animal diferente.
¿Decepcionado? Vale, puede que no podamos revivir nuestros veintes, pero estamos viviendo tiempos increíbles. La primera en la historia en la que estamos muy cerca atenuar los efectos del envejecimiento, y no muy lejos de detenerlos volviéndose prácticamente inmortales.
Claro, algún día podremos “refrescarnos” reemplazando nuestras partes biológicas con componentes sintéticos, pero este camino actualmente se adapta mejor a los escritores y filósofos de ciencia ficción.
Por ahora, estemos “satisfechos” con frenar el envejecimiento y vivir una vida sana y activa. ¿Te parece poco?