Greenpeace y otras ONG están en pie de guerra contra la Unión Europea. ¿La razón? La inclusión del gas y la energía nuclear en el llamadotaxonomía verde” de la UE, es decir, una lista de actividades económicas consideradas verdes.
Además de Greenpeace, también otras cuatro ONG ambientales: Transporte y Medio Ambiente, WWF, ClientEarth e BUND – se han sumado a la batalla legal contra esta decisión. La primera “ronda” en la corte comienza hoy.
Verde si, verde no
En cuanto a la gasolina, Las ONG sostienen que su inclusión en la taxonomía verde es especialmente controvertida, porque su combustión produce emisiones de CO2, aunque en menor medida que el carbón. Los activistas temen que una inversión adicional en infraestructura de gas pueda entrar en conflicto con los objetivos climáticos de la UE.
¿Y qué hay de la energía nuclear? no produce emisiones, pero plantea preocupaciones ambientales relacionadas con los residuos que produce y el riesgo de quitar inversiones en tecnologías renovables como la solar y la eólica.
Ariadna Rodrigo, responsable de la campaña de financiación sostenible de Greenpeace en la UE, no les avisa: "Los grandes contaminadores ya están utilizando esta etiqueta falsa para quitar la financiación verde a quienes realmente la necesitan".
Según Greenpeace, sólo una victoria en los tribunales podría darle a la UE una oportunidad real de alcanzar sus objetivos climáticos.
La respuesta de la UE y las perspectivas de futuro
El pasado mes de septiembre, las asociaciones ecologistas pidieron a la Comisión Europea que revisara la inclusión del gas y la energía nuclear en la taxonomía verde.
En febrero, la Comisión respondió diciendo que había actuado conforme a derecho: de ahí el enfrentamiento. Que comienza hoy y durará mucho tiempo: se espera que llegue una sentencia en 2025. En caso de victoria de las ONG, la Comisión de la UE tendrá que dar un sensacional paso atrás.
En fin
La inclusión del gas y la energía nuclear en la “taxonomía verde” de la UE ha suscitado críticas desde el principio. Y pone de relieve lo delicado que es el tema de la sostenibilidad energética y medioambiental.
Tener una definición clara y compartida de lo que es verdaderamente "verde" es fundamental para orientar correctamente las inversiones y políticas a favor del clima.
La disputa entre Greenpeace, otras ONG y la Comisión Europea será una prueba importante para comprender si la UE está realmente dispuesta a emprender un camino de transición energética coherente con sus objetivos climáticos.