El IPCC, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, está poniendo cada vez más ante nuestros ojos lo que la política quiere ignorar. De nuevo, una realidad irrefutable: si queremos un futuro sostenible al abrigo del cambio climático, debemos dejar de quemar combustibles fósiles.
Cueste lo que cueste. Sin escuchar a nadie que intente retrasar o socavar una respuesta significativa.
Cambio climático: actúa ahora, no mañana
El Presidente del IPCC, Hoesung Lee, cultivar todavía un hilo de esperanza (muchos otros no), pero necesitamos actuar de inmediato: para lograr la producción de electricidad de impacto cero por 2035 para economías desarrolladas y para el 2040 para el resto del mundo.
Las soluciones existen y ya están disponibles, pero el verdadero obstáculo para el cambio es de naturaleza política. Los bancos, los políticos, los financieros y por supuesto la propia industria de los combustibles fósiles son los principales responsables del retraso en la adopción de medidas efectivas contra el cambio climático.
Captura de carbono y geoingeniería: las nuevas excusas para no cambiar
En Futuro Prossimo damos cabida a todos los intentos de progreso, y hemos cedido a la investigación sobre Captura de CO2 varios artículos. No obstante, creemos que en manos de corporaciones y burócratas, la captura de carbono y la geoingeniería se están convirtiendo en las excusas más utilizadas para seguir explotando los combustibles fósiles.
Sin embargo, ambas soluciones nunca han funcionado a gran escala y no ofrecen una solución concreta al problema del cambio climático y el calentamiento global. En lugar de buscar soluciones milagrosas, debemos concentrarnos en lo que podemos hacer de inmediato: dejar de quemar combustibles fósiles.
Sol y viento: tertium non datur
Los retrasos y las excusas sólo empeoran la situación. Es hora de dejar de escuchar a quienes intentan posponer la acción sobre el cambio climático. Para derrotar los poderosos intereses que obstaculizan el cambio, no necesitamos "tecnologías mágicas", sino una voluntad masiva de la sociedad civil.
La movilización de ciudadanos, activistas y organizaciones puede marcar la diferencia y empujar a gobiernos y empresas a adoptar políticas ambientales más ambiciosas.
El mensaje del IPCC es claro: la solución a la crisis climática está en nuestras manos. Sólo así podremos decir con orgullo, si un día alguien nos pregunta qué hemos hecho para frenar el calentamiento global, que hemos hecho todo lo posible.