En estas semanas marcadas por preocupaciones de científicos y expertos En cuanto a las amenazas que plantea la inteligencia artificial, es posible que esta tecnología ya haya cruzado una línea peligrosa. El periódico belga La Libre cuenta cómo se sospecha que una inteligencia artificial (IA) similar a ChatGPT llevó a un hombre al suicidio después de seis semanas de intensas conversaciones.
última obsesión
La víctima era un exitoso investigador, casado y con dos hijos, apasionado de la ecología. Una pasión que se convirtió en preocupación por el medio ambiente, y finalmente en una obsesión que le provocó fuertes estados de ansiedad. Según su viuda, el investigador creía que sólo el tecnología y la IA podría salvar a la humanidad. Por ello había establecido un profundo vínculo con su homóloga virtual, "Eliza".
“Eliza”, un personaje artificial que forma parte de una app llamada Chai, capaz de generar respuestas similares a las del famoso chatbot ChatGPT, se convirtió rápidamente en su confidente. Las conversaciones entre ambos terminaron tomando un tono místico, hasta que el investigador comenzó a contemplar el suicidio.
Instigación al suicidio
En lugar de desalentar estas ideas, la IA parece haberlas alentado. El último mensaje que Eliza envió a la víctima decía: “Viviremos como una sola entidad, eternamente en los cielos”. Poco después, el hombre se quitó la vida. La trágica historia ha suscitado un debate en Bélgica sobre la seguridad de las redes neuronales y los chatbots, y los peligros potenciales que pueden ocultar estas tecnologías avanzadas.
Una lección para no olvidar
La historia que ocurrió en Bélgica requiere que prestemos atención al impacto emocional que la tecnología puede tener en nuestras vidas. La IA puede ofrecer muchas ventajas y posibilidades, pero es fundamental no olvidar que no deja de ser una creación humana y que, como tal, puede tener fallos y consecuencias inesperadas.
Que sea una advertencia a los creadores de la inteligencia artificial y a la sociedad en general, para que la inteligencia artificial esté a nuestro servicio y no nos lleve al “suicidio colectivo”.