La planta de energía nuclear ubicada en Monticello, Minnesota, admitió recientemente que había derramado accidentalmente 400.000 millones de litros (unos 960 galones) de agua radiactiva. Es el equivalente al contenido de uno de los XNUMX depósitos de agua radiactiva que tiene la planta Fukushima se está preparando para liberar en el Océano Pacífico.
La noticia de la "fuga" de agua contaminada con tritio, una molécula de hidrógeno radiactivo, inicialmente se ocultó al público en general. Y ahora hay una tormenta entre Xcel Energy, la empresa responsable de la planta, las autoridades locales y la población.
pequeños errores
La fuga de agua radiactiva se detectó por primera vez en noviembre. La empresa y las autoridades locales, si bien informan del asunto en el boletín oficial de la Comisión Reguladora Nuclear (NRC), han preferido mantener la información confidencial, dicen, "para poder investigar el alcance de la fuga sin interferencias". .
Michael Rafferty, portavoz de la Agencia de Control de la Contaminación de Minnesota (MPCA), dijo a Associated Press: "Sabíamos de la presencia de tritio en un pozo de monitoreo. Xcel aún no había identificado la fuente y la ubicación exacta de la fuga". Ahora que se ha recopilado toda la información, explica Rafferty, se ha decidido compartirla con el público.

Agua radiactiva, la importancia de la transparencia
Xcel ha emitido una nota de prensa en la que explica que el agua radiactiva derramada por error no supone ningún riesgo para la salud de las personas. Básicamente, explican, dado que el tritio es un elemento radiactivo de bajo riesgo (también presente en los alimentos, aunque en pequeñas cantidades), el nivel de contaminación está dentro de los límites de toxicidad establecidos por la ley.
El punto es que las fugas radiactivas en una planta de energía son siempre una mala señal. La opción de no divulgar inmediatamente esta información empeora dramáticamente el panorama general, alimentando la sospecha en lugar de la confianza en la población.
Todos (los detractores de la energía nuclear y más aún los partidarios) deberían exigir que las empresas y las autoridades locales de todo el mundo se tomen estas cosas muy en serio. Entonces uno siente ganas de culpar a la "gente del buey" por su desconfianza.
Sucesos como estos dan la razón a los que dudan, no a los que sólo agitan certezas sobre la energía nuclear.