Cierra los ojos y piensa en una pintura tan ligera como una pluma, que dura siglos y contribuye al ahorro energético. ¿Hecho? Pues vuelve a abrirlos y lee aquí: un grupo de investigadores ha desarrollado una pintura revolucionaria inspirada en las alas de las mariposas. Esta innovación, llamada “pintura plasmónica”, promete cambiar la forma en que pintamos las superficies.
Adiós pigmentos: es la era del color "estructural"
A diferencia de la pintura tradicional a base de pigmentos, la pintura plasmónica crea color mediante la organización de nanopartículas. Para que te hagas una idea, sólo 1,4 kg de esta pintura son suficientes para cubrir un Boeing 747. Con pintura comercial convencional Se necesitan 450 kilos. Esta extraordinaria ligereza podría reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con los vuelos, pero no es sólo eso. La estructura de la pintura plasmónica refleja todo el espectro infrarrojo, absorbiendo menos calor y manteniendo las superficies subyacentes más frías. Según los investigadores, las superficies pintadas con pintura plasmónica permanecen Refrigerador de 13 a 16 grados centígrados en comparación con los cubiertos con pinturas comerciales tradicionales.
Debashis Chanda, nanocientífico de la Universidad de Florida Central y líder del equipo que creó la pintura (Voy a vincular el estudio aquí) está entusiasmado. Afirma que el ahorro energético conseguido gracias a la diferencia de temperatura podría reducir el uso del aire acondicionado y, en consecuencia, las emisiones de dióxido de carbono, ayudando a combatir el calentamiento global.
La tecnología detrás de la pintura de plasmón
La pintura plasmónica utiliza nanopartículas de dos materiales incoloros, aluminio y óxido de aluminio, dispuestas de forma diferente sobre un espejo de aluminio recubierto de óxido. Esta disposición le permite controlar cómo se dispersa, refleja o absorbe la luz, creando una amplia gama de colores.
Los siguientes pasos
La naturaleza ya ha demostrado cómo se pueden crear colores vivos sin pigmentos, como es el caso de las alas de las mariposas. ¿Cuántas veces desde estas páginas agradeceré al biomimetismo? La pintura plasmónica sigue este camino, ofreciendo una solución más ligera y sostenible que las pinturas a base de pigmentos sintéticos. Actualmente solo se ha creado en el laboratorio, pero los investigadores ya han logrado producir diferentes colores utilizando técnicas fácilmente escalables. El siguiente paso será trabajar en la producción a gran escala.
En definitiva, ya no falta mucho: todavía no es el momento de dejar de lado los botes de pintura tradicionales, pero la pintura plasmónica pronto podría convertirse en una solución concreta para reducir el impacto medioambiental de nuestros hogares y medios de transporte. Por un mundo, en todos los sentidos, más colorido y más ligero.