Conoces los organoides, ¿verdad? Estos son órganos en miniatura creados en laboratorio que imitan la estructura y función de los órganos reales. Estas estructuras biológicas tridimensionales están hechas de células madre y tienen la característica de ser capaces de convertirse en tejidos complejos que se asemejan a los órganos humanos. En una palabra: autoorganización.
¿Para qué se utilizan los organoides? Bueno, un montón de cosas. En primer lugar, para estudiar funciones específicas de órganos, procesos de desarrollo y mecanismos patológicos, lo que hace posible comprender sistemas biológicos complejos de una manera que simplemente no era posible antes. Por las propiedades que tienen, los organoides son una herramienta muy interesante para la investigación científica.
Organoides: réplicas a escala de funciones y estructuras humanas
Los organoides pueden "recapitular" algunas funciones específicas del órgano estudiado. Por ejemplo, los cardíacos pueden contraerse, los cerebrales pueden exhibir actividad neuronal. Para cada órgano, tienen múltiples tipos de células específicas que interactúan entre sí. Finalmente, son escalables. ¿En qué sentido? Puede cultivarlos en diferentes formas y tamaños, desde pequeñas esferas hasta estructuras más grandes y complejas; depende de los objetivos de investigación que desee.
qué hacemos? Más aún: ¿qué haremos con él? Modelado de enfermedades. Los organoides se pueden utilizar para crear modelos de enfermedades que reflejen con precisión las condiciones fisiológicas y patológicas de órganos específicos. Instalaciones que permiten a los investigadores estudiar los mecanismos de la enfermedad de manera más realista y precisa. Por ejemplo, los organoides se han utilizado para estudiar los efectos de los fármacos en el hígado y para probar nuevas terapias para la fibrosis quística.

Un gran impulso a la medicina 'personalizada'
Mediante la creación de organoides a partir de células madre específicas del paciente, los médicos e investigadores pueden estudiar la biología de la enfermedad única de cada individuo. A partir de ahí, pueden desarrollar estrategias de tratamiento personalizadas. Por ejemplo, los organoides se han utilizado para estudiar los efectos de la quimioterapia en el cáncer de ovario. O para identificar nuevos tratamientos para el cáncer colorrectal.
En comparación con las líneas celulares que han sido inmortalizadas, se cree que los organoides son superiores en la replicación de la estructura tridimensional, la diversidad y las funciones celulares de los tejidos primarios. En consecuencia, son fisiológicamente más relevantes para modelar enfermedades humanas y predecir reacciones a fármacos.
En última instancia, a medida que avanza nuestra comprensión de la biología de las células madre y la ingeniería de tejidos, es probable que los organoides desempeñen un papel cada vez más importante. Estos pequeños gigantes darán forma al futuro de la medicina.