Una investigación preliminar de proyecto Satisfacer de la Universidad Vita-Salute San Raffaele y de Cussb (Centro Universitario de Estadística para Ciencias Biomédicas) nos aporta datos alarmantes sobre el tema de la imagen digital de las nuevas generaciones.
El estudio piloto italiano tiene como objetivo explorar el tema de las imágenes digitales con investigaciones centradas en el rostro. Y revela que de 120 niños de 12 a 16 años en nuestro país 49,2% de los chicos editar las fotos que quiere publicar en las redes sociales. Y las inserta retocadas.
Generación de filtros
Según el análisis, las redes sociales más utilizadas por los jóvenes son Whatsapp (92,5%), Tiktok (88,3%), Instagram (76,7%) e YouTube (75%). El 65,9% de los entrevistados declaran pasar allí hasta 4 horas al día, que según los expertos puede provocar una mayor ansiedad por la apariencia física y la necesidad de producir fotografías retocadas. Solo 25,4% está satisfecho con el primer disparo, mientras que El 36,8% borra de 2 a 5 selfies entre los que se toman.
La mayoría de las fotografías retocadas implican alterar rasgos físicos y utilizar filtros divertidos, pero eso no es todo. Los estudiantes también expresan preocupación por el uso inapropiado de fotografías compartidas en las redes sociales. Imágenes que pueden ser "manipuladas/retocadas" para fines distintos a los originales (ansiedad relacionada con la web).
La web invadida por fotos retocadas: las implicaciones
Según los expertos, “el problema es la depresión y la ansiedad por la apariencia. Son mayores cuanto menor es la percepción de la propia imagen corporal y mayor la manipulación y control fotográfico sobre la imagen corporal". En la práctica, el aumento del número de fotografías retocadas corresponde a una autoestima cada vez más baja de los niños.
El coordinador del proyecto, Clare Brombin, explica que el estudio tiene como objetivo promover el bienestar digital de los adolescentes y concienciar sobre los riesgos potenciales de la manipulación de imágenes digitales.
Espero que este y otros proyectos, también en el extranjeroconducir a una mayor conciencia del fenómeno. Sobre todo, que ayuden a instituciones, docentes, padres e hijos a evitar que las redes sociales arruinen su existencia.