Según un estudio reciente, las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida todavía corren peligro de derretirse irreversiblemente, incluso si logramos estabilizar las temperaturas de la Tierra alcanzando un máximo de 2°C.
Esto significa que si “fallamos” este objetivo, las capas de hielo se desintegrarán más rápidamente que nunca, elevando catastróficamente el nivel global del mar.
Y las cosas ya están muy mal: el nivel del mar ha aumentado unos 20 centímetros en el último siglo. En los próximos años, una de cada 10 personas estará en riesgo. Por este motivo el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, multiplica las peticiones de actuaciones muy urgentes para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero evitando éxodos bíblicos y desastres a escala mundial.
Alta mar
Según un estudio realizado por Universidad Nacional de Pusan y publicado en Nature Communications (lo enlazo aqui), los modelos actuales que estudian las capas de hielo son incorrectos. No tienen en cuenta la influencia del agua de deshielo que desemboca en el océano.
Y eso es un gran problema, porque el deshielo en curso ya está aumentando la concentración de agua derretida hacia la superficie del océano, impidiendo que las profundidades regulen la temperatura. Esto aumenta el calor subterráneo, lo que puede derretir aún más los casquetes polares. En resumen: una reacción en cadena ya desencadenada.
Los datos recogidos por el climatólogo Parque Jun Young y sus colegas dicen que este proceso sólo podrá detenerse si, con políticas extremadamente agresivas, logramos contener el aumento de las temperaturas a 1,5° C. De lo contrario, a partir de 1,8° C, el efecto dominó sería irreversible. Mar de más de un metro de altura en un siglo: planeta completamente transformado.
Derretimiento de los casquetes polares, consecuencias inimaginables
Un escenario en el que los casquetes polares se derriten con esta rapidez tendría un impacto devastador en las principales ciudades del mundo. Partiendo de las principales megalópolis como El Cairo, Mumbai, Shanghai, Londres, Los Ángeles, Nueva York, Buenos Aires y tocando prácticamente todas las ciudades costeras del mundo.
El resumen es que no podemos darnos el lujo de esperar para descubrir el impacto potencial del derretimiento de las capas de hielo.
Las llamadas que han caído en oídos sordos se hacen eco del tañido metálico de una sentencia de muerte en todo el planeta. ¿Cómo es posible que hablemos de guerra en el umbral de tal futuro?