Durante mucho tiempo estuvo "relegado" a los lectores electrónicos, pero hoy el papel electrónico está experimentando una segunda juventud. En vísperas de una transición crucial (la que nos dará lectores en color y liberará aún más papel), el papel electrónico finalmente está comenzando a expandirse a otros dispositivos como tabletas, relojes e incluso automóviles (BMW y sus carroceria camaleon son sólo el primero de los ejemplos). Él CES 2023 también dio a conocer un dispositivo aún más extraño: un e-reader llamado Lector de Sol que se puede usar en la cara. Básicamente, tomas un libro y lo lees.
Cómo funciona Sol Reader, el libro en vasos
Incluso si no puedes usar el tarjeta electrónica Como reemplazo universal de las pantallas LCD y OLED, esta tecnología tiene algunas ventajas. Dos sobre todo: bajo consumo energético y una pantalla reflectante que no cansa la vista. Esto la convierte en una tecnología ideal para leer un libro o tomar notas: ciertamente no esperaba verlo con un par de gafas. Pero tiene sentido: en menos de 100 gramos hay un dispositivo de lectura completo. La idea está ahí. Sol Reader no pretende sustituir a los smartphones, sino ofrecer una alternativa a los lectores electrónicos tradicionales.
Usas estas gafas (vagamente similares a esas máscaras que te pones para dormir) y puedes leer incluso en la cama, o en cualquier caso sin tener las manos ocupadas. En este vídeo de un YouTuber americano puedes comprobar con tus propios ojos el mecanismo de uso (y el precio, que me parece bastante elevado en este momento).
Un concepto interesante, pero
Sol Reader no te transportará a mundos virtuales interactivos en 3D, pero te permitirá leer de una manera más inmersiva. Con las gafas puestas podrás ver las páginas de un libro flotando delante de ti o encima de ti mientras estás tumbado. Podrás navegar por las páginas utilizando el mando a distancia inalámbrico (hubiese preferido un sistema de señalización directamente con los ojos) y disfrutar de unas 30 horas de lectura gracias al uso de la pantalla de papel electrónico.
Y aquí llegamos a las notas dolorosas: si el dispositivo no mejora y no baja de precio (cuesta 350 dólares) lo veo duro que uno no prefiera un reproductor VR, que cuesta apenas 50 dólares más. Chicos, ajusten mejor su dispositivo, o este libro no tendrá un final feliz.