¿Podrían las conchas de vieira proteger nuestras cabezas y sus cuerpos blandos? No sé si lo expresaron precisamente en estos términos, pero una pregunta tan extraña como ésta debe haber sido la base de la intuición que llevó a los diseñadores japoneses a crear Shellmet, un casco innovador compuesto (en parte) por conchas.
Shellmet es el producto de una colaboración entre la industria química koushi y Sarufutsu Village, un pueblo acuático que produce alrededor de 200.000 toneladas de desechos de conchas marinas cada año. Si bien tienen aplicaciones potenciales, estos restos a menudo se descomponen en montículos malolientes.
Un caparazón nos protegerá
Desarrollado por el profesor hiroshi uyama de la Universidad de Osaka, el proceso de producción del bioplástico denominado “Shellstic” comienza con la esterilización y ebullición de las cáscaras. Luego, cada caparazón se pulveriza en carbonato de calcio, que finalmente se mezcla con bolitas de plástico reciclado: un molde, con forma de casco, fino. Debería haberte mostrado el vídeo primero.
Cuando el “bioplástico de la carcasa” se ha enfriado y endurecido, lo que queda es un casco con un diseño verdaderamente distintivo. ¿A qué te recuerda? Pero no se trata sólo de un homenaje estético: este diseño hace que el casco sea un 33% más resistente que los tradicionales y el proceso de producción genera un 36% menos de emisiones.
Recoger, reciclar, reutilizar
Es hora de obtener la certificación de las normas de seguridad y los trabajadores de Sarufutsu tendrán el fruto de su trabajo de reciclaje: Shellmet será la carcasa, perdón, el casco que tendrán a partir de la próxima primavera. Y no solo eso, también estará disponible para todos aquellos que quieran tener uno.
En un arranque de entusiasmo todo giapponese (aunque prematuro), Shellmet ya está incluso en preventa (5 colores y precio de 4800 yenes, unos 36 euros). Porque la cabeza es preciosa: como una perla. ¡Banzai!