La idea de un posible encuentro con seres extraterrestres ha fascinado al ser humano durante siglos. Pero aparte de las hipótesis de los estudiosos (como Avi loeb) y las especulaciones de artistas y entusiastas de la ciencia ficción, ¿cómo podrían ser realmente un dispositivo, una nave espacial, sondas de otra galaxia?
Intenta responder a esta pregunta. Graeme Smith. Smith, profesor y astrónomo de la Universidad de California, EE.UU., argumenta sus observaciones en un artículo publicado enRevista Internacional de Astrobiología (lo enlazo aqui).
No es fácil, viaje interestelar
Un viaje de miles. Quizás millones de años. Luego la “pasarela” en nuestra galaxia. Está claro que todos nos sorprenderíamos si un día fuéramos visitados por sondas espaciales de una civilización lejana.
El estudio de Smith se centra en este escenario. Y entre sus implicaciones hay una bastante extraña, a primera vista. ¿Cual? Es posible que no recibamos estas “visitas” en el orden en que se iniciaron. En otras palabras, la primera sonda lanzada por una civilización inteligente podría llegar mucho después de las sondas posteriores.
Sondas en orden inverso. ¿Como es posible?
El autor presenta una tesis bastante sensata. En esencia, la capacidad tecnológica y las habilidades de las civilizaciones extraterrestres que construyen sondas espaciales podrían (como la nuestra, por cierto) mejorar con el tiempo.
Por ello es probable que las sondas lanzadas, digamos, 10.000 años después de las primeras, tuvieran tecnologías de propulsión más avanzadas, lo que les permitiría llegar a su destino mucho antes que las enviadas en periodos anteriores.
¿Un ejemplo basado en nuestro ritmo de crecimiento tecnológico? Una hipotética sonda "terrestre" lanzada dentro de unos 14.000 años podría superar a la Voyager 2 (lanzada en 1977) y llegar a destinos lejanos cientos de miles de años antes.
Por este motivo, Smith subraya que el primer "avistamiento" posible de una nave interestelar nos presentaría algo extremadamente sofisticado. No a un naufragio espacial, ahora parecido a una roca, como sería Oumuamua.
Tomemos todo con pinzas, por favor
Es interesante la idea propuesta por Smith sobre cómo las civilizaciones extraterrestres (pero en última instancia también las terrestres) podrían llevar a cabo sus programas de exploración espacial. Evidentemente, sin embargo, hay que considerarlo con cierto grado de reserva: por una razón muy sencilla, no hay forma de comprobarlo.
Sin embargo, vale la pena explorar esta idea. Sin embargo, contribuye de alguna manera a "preparar" nuestra imaginación para posibles encuentros con civilizaciones extraterrestres. Es importante estar siempre preparado para cualquier eventualidad, especialmente si se trata de formas de vida desconocidas. ¿No?