Muy pronto, los apicultores estadounidenses tendrán un arma más contra la enfermedad que amenaza a sus preciadas colmenas. Una vacuna diseñada por la empresa biotecnológica Sanidad animal de Dalan, cuyo objetivo es erradicar los devastadores loque americana de las abejas (AFB), causada por una bacteria llamada larvas de paenibacillus.
Las abejas plaga son una amenaza para las especies
Esta terrible plaga puede diezmar una colmena entera en solo tres semanas, dejando poco tiempo a los apicultores para reaccionar.
Su objetivo son las delicadas larvas de abejas que, una vez infectadas, se convierten en víctimas de sacrificio en su sed de destrucción. Y cuando sucede es muy difícil de erradicar. En ese momento lo único que puedes hacer es quemar la colmena, las herramientas e incluso las propias abejas.
Sin embargo, incluso esto no es suficiente. Incluso una sola espora superviviente puede estar al acecho durante 70 años, lista para infectar a la próxima colonia que encuentre.
Proteger a las abejas y a nosotros mismos
En 2022, Dalan se embarcó en una emocionante aventura y patrocinó un estudio controlado con placebo para evaluar la seguridad y eficacia de su vacuna contra la enfermedad de las abejas AFB. ¿Los resultados? Sorprendente. La droga no sólo salvó las vidas de las abejas obreras y de la reina, sino que también confirió una valiosa inmunidad a la siguiente generación.
La vacuna se introduce en el alimento de las abejas obreras y luego se transfiere a través de la reina, a través de la preciosa "jalea real" que nutre toda la colmena.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos reconoció la importancia de este tratamiento y concedió una licencia condicional de dos años para la vacuna contra las abejas Dalan. Sin embargo, existe la posibilidad de que el tratamiento se extienda para un uso más amplio más allá de este período, si todo va según lo planeado.
Una vacuna para el futuro
El declive global de las abejas melíferas es un problema muy serio, y no es casualidad que soluciones de todo tipo. En Estados Unidos, factores como las granjas industriales, los pesticidas nocivos y el cambio climático han causado la desaparición del 90% de las abejas desde 1962.
Esta situación es un ejemplo emblemático de una crisis global de polinizadores que pone en riesgo no solo los ecosistemas naturales, sino también un tercio del suministro mundial de alimentos y la nutrición de nuestra propia especie.
Un estudio realizado por la prestigiosa Universidad de Harvard, y publicado el mes pasado en Environmental Health Perspectives (lo enlazo aqui) reveló una triste realidad: la crisis de la polinización está disminuyendo inexorablemente la producción de frutas, verduras y frutos secos, actualmente un 5%. Muchas personas, especialmente en países de bajos ingresos, se encontrarán sin acceso a alimentos saludables, lo que provocará más de 400.000 muertes adicionales.
En resumen, una vacuna que protege a las abejas también nos protege a nosotros.