Como un rayo caído del cielo, una nueva presencia se abrió paso en la escena escultórica de Carrara, Italia, donde Miguel Ángel creó el famoso David. Se trata de "1L", un robot creado por la startup robot resolver algunos problemas relacionados con la creación de esculturas. ¿Cual? Por ejemplo, la duración de las obras. O la cantidad de residuos y material desperdiciado que se producen en la realización de las obras. Un robot escultor como el 1L representa una auténtica innovación, pero en este ámbito corre el riesgo de generar mucho descontento.
Cómo funciona 1L, el robot escultor Robotor
Imagine una pieza de 4 metros (13 pies) de altura de mármol de Carrara tallado “markant” con un taladro recubierto de polvo de diamante sintético. Y puede completar un proyecto en sólo cuatro días, decenas de veces más rápido que un escultor humano. L1 fue diseñado para funcionar continuamente día y noche, y su brazo mecánico es capaz de esculpir maravillosas obras de arte que rivalizan con las obras maestras de artistas como Miguel Ángel, Donatello y Canova. ¡Los resultados son realmente sorprendentes!
Sin embargo, así es como se mata el arte. ¿O no?
Italia es conocida mundialmente por su extraordinaria escena artística histórica. Obras maestras absolutas, atemporales y realizadas íntegramente a mano, con ingenio y habilidad humana. ¿Qué pasaría si un robot escultor pasara a formar parte del panorama artístico italiano? ¿Habría riesgo de que este cambio eliminara la artesanía detrás de la escultura?
James Massari, el fundador de Robotor, no lo cree así. Según él, el robot es capaz de hacer el 99% del trabajo, pero aún necesita ese toque humano para completar la escultura y convertirla en algo digno de ser exhibido en un museo. Además, Massari señala que 1L es más bien un “asistente del escultor”, ya que permite a los artistas ahorrar tiempo y evitar errores. No todo el mundo está convencido de estos argumentos.
Un año después de su lanzamiento, la idea de un robot escultor, no es ningún misterio, todavía encuentra cierta resistencia dentro de la comunidad artística. lorenzo calcinai, del taller de la catedral de Florencia, afirma que si los robots también se imponen en este ámbito "corremos el riesgo de olvidarnos de cómo trabajar con las manos", y espera que sigan prevaleciendo algunas habilidades artesanales.
Mientras tanto, sin embargo, artistas como Jeff Koons e Maurizio Cattelan ya están trabajando con Massari para transformar sus ideas en esculturas gracias a las manos robóticas de 1L. Puede que no sea un artista, pero nunca retrocede.