Los robots están cada vez más en la cresta de la ola. Ya han invadido las fábricas y se preparan para entrar en nuestras casas por sus propios medios.
Sin embargo, los usamos cada vez más para ir a entornos remotos a los que los humanos no pueden llegar, como en el fondo del mar o en el espacio exterior lejano. Para aventurarse allí no solo necesitarán energía y un medio para llegar: también necesitarán poder cuidarse a sí mismos. En la práctica: autorreparación.
Para ello, un equipo dirigido por robar pastor, profesor asociado de ingeniería mecánica y aeroespacial en Cornell Engineering, ha combinado sensores ópticos con un material compuesto para crear un robot blando que detecta cuándo y dónde ha sido dañado y luego se cura a sí mismo.

Cómo nacen los robots que se reparan a sí mismos
El artículo científico que presenta los hallazgos de Shepherd y sus colegas, "Sensores ópticos autónomos para la reparación de daños en sistemas blandos inteligentes", se publicó el 7 de diciembre en Science Advances. Te lo enlazo aquí.
“Nuestro laboratorio está tratando de hacer que los robots sean más resistentes y ágiles, para que operen por más tiempo y con más capacidad”, dice Shepherd.
Las fases del estudio
El primer paso para que ocurra una reparación de este tipo es que el robot debe poder identificar que, de hecho, hay algo que debe repararse.
Para ello, el laboratorio de robótica orgánica de Shepherd creó sensores ópticos elásticos. En el último estudio, los investigadores combinaron los sensores con elastómeros capaces de "curar" el daño que reciben.
¿El resultado? ESCUDOS, "guías de luz de autorreparación" que brindan una detección dinámica confiable, son resistentes a los daños y pueden autorrepararse de los cortes de temperatura ambiente sin ninguna intervención externa.
Para demostrar la tecnología, los investigadores instalaron SHeaLDS en un robot blando, una especie de estrella de mar de cuatro patas. Los investigadores perforaron una de sus patas seis veces y el robot detectó el daño y se "sanó a sí mismo" en aproximadamente un minuto. No solo eso: el robot autorreparable también adaptó de forma autónoma su rendimiento en función del daño que había detectado.
Robots autorreparables, ¿hay alguna debilidad?
Uno sobre todo, lo haré breve: el material es resistente, pero de todos modos no es indestructible.
"Tiene propiedades similares a la carne humana", dijo Shepherd. "No se cura bien de las quemaduras o la exposición a ácidos, porque sus propiedades químicas cambian. Pero hace un gran trabajo en los cortes".
Shepherd planea integrar SHeaLDS con algoritmos de aprendizaje automático que reconozcan eventos táctiles. En la práctica, la forma de crear "un robot muy resistente que tenga superficies externas autorreparables y sensible al ambiente externo". En una palabra: cuero.
Otro paso hacia robots más como nosotros.