El programa espacial de China se basa en años de meticulosa planificación, o al menos así era hasta hace poco. La tecnología de cohetes reutilizables le ha permitido desarrollar más rápidamente sus capacidades en este sector, como lo demuestra un cohete "misterioso" visto en una exhibición aérea reciente.
El programa espacial de China se ha centrado en los mismos objetivos desde los años 90: lanzar una nave espacial tripulada (hecho, con Shenzhou 5, en 2003). Construyendo un puesto de avanzada espacial (hecho, en 2019), desarrollar una tripulación permanente para 2020 (aquí hay un atisbo de retraso, pero muy pequeño: la estación espacial Tiangong está a punto de ser terminada). ¿Que viene despues?
Los siguientes pasos
Les hablé de intenciones manifiestas hace unos días: China parece apuntar a 2028 como fecha para un puesto de avanzada humano: un asentamiento en la Luna. Para conseguirlo, lleva tiempo probando varias soluciones: conocemos una, y se trata de un enorme cohete llamado Larga Marcha 9 (LM-9). Actualmente, otras soluciones son mucho más "discretas", si se me permite el eufemismo.
Dos cosas son seguras: en primer lugar, la tecnología actual exhibida por China (la de los potentes cohetes Gran Marcha 5) no es capaz de llevar a cabo misiones humanas a la Luna. En segundo lugar, la tecnología del Long March 9 también parece necesitar muchos ajustes antes del lanzamiento final.
Nos queda la última hipótesis, la "secreta": un cohete reutilizable similar a una nave espacial con un nombre críptico: Proyecto 921.
¿Cohetes reutilizables que se pueden capturar "con lazo"? no es ciencia ficcion
De los pocos informes disponibles, El desarrollo del “921” comenzó en 2017. . Cuando esté terminado, estará disponible en dos versiones: una de "núcleo único" para poner materiales y vehículos en órbita, y la otra de "núcleo triple" para ir... bueno, más allá.
El núcleo central de estos cohetes puede alcanzar una altura de casi 90 metros. Según las especificaciones publicadas recientemente, la variante de un solo núcleo será capaz de transportar 18 toneladas y sustituirá a todos, o casi todos, los vehículos de lanzamiento chinos.
Muchos elementos (reutilización de proyectos que ya han comenzado o motores en una etapa avanzada de prueba) sugieren que los chinos realmente están compitiendo con el proyecto. Y la fecha prevista para el primer vuelo de prueba (2026) confirma estas impresiones. En resumen, el Proyecto 921 no es un cohete de papel ni un concepto.
Grande, espacioso, reutilizable
Aunque no de inmediato, los ingenieros están trabajando para hacer que el diseño del 921 sea reutilizable para 2032, y la tecnología de reutilización ya se está probando ahora. Como el cohete Falcon 9 de SpaceX, lo utilizará para dirigirse en otoño hacia una plataforma de aterrizaje en el océano.
Sin embargo, a diferencia del Falcon 9, China planea abandonar las "patas" de aterrizaje en favor de un innovador sistema de captura. Las patas de aterrizaje han demostrado ser un desafío de ingeniería difícil para los cohetes reutilizables: crean resistencia y agregan un peso significativo, lo que reduce la capacidad de carga útil.
SpaceX también abandonó por completo las patas de aterrizaje para la primera etapa de Starship, con la esperanza de "atraparla" al aterrizar utilizando la propia torre de lanzamiento. El enfoque de China es similar en principio, pero potencialmente mucho más simple.
El nuevo vídeo promocional del 921 muestra una doble capa de cables paralelos o accesorios que se ajustan alrededor del cohete a medida que se acerca al aterrizaje.. Los cables, presumiblemente con cierto grado de elasticidad, proporcionan la absorción de impacto necesaria para amortiguar los cohetes sin partes móviles.
Supuestamente, estos cables pueden "tensarse" en diferentes direcciones/posiciones si el cohete no aterriza exactamente en la plataforma de aterrizaje. Una especie de "lazo" que envuelve el cohete hasta detenerlo. Aunque a mí me parezcan alambres para colgar ropa. ¿Funcionarán?
Cohetes reutilizables, un futuro ilusionante
En última instancia, el enfoque de China respecto del aterrizaje y la reutilización de cohetes beneficiará a la industria y a la humanidad en su conjunto. Una mayor innovación y competencia en esta industria incipiente seguirá reduciendo los costos de lanzamiento y, con suerte, abrirá la puerta a un futuro más brillante para la exploración espacial.