Casi 20 millones de casos, y unos 10 millones de muertos: el cáncer es el apocalipsis que todos los años vivimos en nuestra propia piel o en la de amigos, conocidos, familiares. Los tratamientos contra el cáncer ofrecen resultados, pero también pueden dañar las células sanas o tener efectos secundarios graves.
Hoy en día, la búsqueda de nuevos fármacos anticancerígenos más específicos encuentra posibles candidatos en la medicina convencional.
Un equipo de científicos polacos dirigido por Magdalena Winkiel de la Universidad Adam Mickiewicz, examinó compuestos bioactivos llamados glicoalcaloides, presentes en vegetales como papas y tomates, para demostrar su potencial en tratamientos contra el cáncer.
Su estudio acaba de ser publicado en Frontiers in Pharmacology, lo enlazo aqui.

¿Patatas y tomates anticancerígenos?
"Científicos de todo el mundo han estado buscando durante años fármacos que sean letales para las células cancerosas pero seguros para las células sanas", dice Winkiel.
No es fácil, a pesar de los avances en las modernas técnicas de tratamiento. Por eso puede valer la pena volver a examinar las propiedades y el potencial de las sustancias naturales.
Magdalena Winkiel
Medicina del veneno
Winkiel y sus colegas se centraron en cinco glicoalcaloides: solanina, chaconina, solasonina, solamargin e tomatina. Todas las sustancias que se encuentran en los extractos crudos de la familia de las solanáceas, también conocidas como solanáceas.
Esta familia contiene muchas plantas alimenticias populares: muchas son tóxicas debido a los alcaloides que producen como defensa contra los animales que intentan comerlas. Una dosis correcta puede transformar estas sustancias venenosas en medicamentos: los alcaloides pueden ser poderosas herramientas clínicas.
Los glicoalcaloides en particular inhiben el crecimiento de las células cancerosas y pueden provocar su muerte. Podrían convertirse en un factor clave en los tratamientos contra el cáncer que mejoren los resultados de los pacientes y, como tales, tienen un enorme potencial.
El estudio
Los ensayos y los investigadores sugieren que los glicoalcaloides no son tóxicos y no tienen riesgo de dañar el ADN o causar futuros cánceres (aunque puede haber efectos en el sistema reproductivo. Una circunstancia que, dada la situación mundial actual, es bueno elaborar).
"Incluso si no logramos reemplazar por completo los medicamentos contra el cáncer", sugiere el Dr. Winkiel, "podríamos iniciar terapias combinadas que aumenten la eficacia de los tratamientos contra el cáncer".
Un paso adelante necesario es el uso de estudios in vitro y en modelos animales para determinar qué glicoalcaloides son lo suficientemente seguros y prometedores para probarlos en humanos.

Como se mencionó, Winkiel y sus colegas destacan las sustancias más prometedoras:
solanina
Previene que algunos químicos potencialmente cancerígenos se conviertan en cancerígenos en el cuerpo e inhibe la metástasis. Los estudios de un tipo particular de células leucémicas también han demostrado que, en dosis terapéuticas, la solanina las mata.
Chaconina
Tiene propiedades antiinflamatorias, con el potencial de tratar la sepsis. Solamargin Se encuentra principalmente en las berenjenas y evita que las células cancerosas del hígado se reproduzcan. Es uno de los glicoalcaloides que podría ser crucial como tratamiento complementario. ¿Porque? Se dirige a las células madre del cáncer, que se cree que juegan un papel importante en la resistencia a los medicamentos contra el cáncer.
solasonina
Ataca las células madre cancerosas.
Tomatina
Apoya la regulación del ciclo celular del cuerpo para que pueda matar las células cancerosas.
Medicamentos naturales contra el cáncer, los próximos pasos
Se necesita más investigación para determinar cómo este potencial in vitro puede transformarse mejor en curas para el cáncer.
Los primeros resultados indican que el procesamiento a alta temperatura mejora las propiedades de los glicoalcaloides y que las nanopartículas mejoran la transmisión de los glicoalcaloides a las células tumorales, mejorando su rendimiento.
Sin embargo, es necesario comprender mejor los mecanismos de acción de los glicoalcaloides y abordar todos los posibles problemas de seguridad antes de que los pacientes puedan beneficiarse de los medicamentos contra el cáncer directamente del jardín.
Mientras tanto, sin embargo, tienes una prueba más de que comer frutas, verduras y verduras (si no estropeado por microplásticos y por pesticidas) todavía puede ser bueno para usted. Incluso de formas que no imaginas.