La calidad y el sabor de la comida deben ser la máxima prioridad de un restaurante, pero el ambiente y la experiencia también son importantes para muchas personas a la hora de elegir dónde comer. En 2023, la restauración intentará "recapturar" a un público que quiere salir más a menudo, pero que no está dispuesto a hacerlo si la experiencia de sus cenas no supera con creces la de comer lo mismo bien, quizás con delivery , un domicilio.
Cenas en 2023: las hacemos extrañas
Un nuevo estudio realizado por la empresa de marketing ADM descubrió que las personas están cada vez más interesadas en probar diferentes sabores y experiencias cuando se trata de alimentos. el 74% de la comunidad global quiere probar una variedad de sabores mientras el 63% afirmó que le gusta experimentar con diferentes recetas.
Estos hallazgos sugieren que las personas buscan "lugares divertidos y lúdicos". Un informe de Yelp confirma esta tendencia, mostrando un aumento en las búsquedas de experiencias gastronómicas inusuales. ¿Por ejemplo? Bien, restaurantes submarinos (+263% respecto al año pasado) y restaurantes con representaciones como 'cenas con asesinato' y similares (+109%).

¿Más informes? ¡Lo tengo! este sobre las tendencias alimentarias Mintel incluso sugiere los temas para cenas temáticas. La Generación Z y la Generación Alfa, en particular, se inspirarán en el reciente relanzamiento delexploración espacial. El mercado de alimentos y bebidas se inspirará, leí, en todo lo relacionado con el espacio, ¿cómo? Quizás. Las cenas de gravedad cero no me parecen lo mejor, sobre todo para la digestión.
Nuevas experiencias culinarias: habrá una curva de aprendizaje
¿Recuerdas las "cenas a oscuras"? Soy un tipo de experiencia nacida a principios de los 90 en Francia. Partían de una suposición: al eliminar uno de los sentidos (en este caso la vista) se potencian todos los demás, y se aprecia mejor el sabor de los alimentos.
Esto tiene sentido. Pero, ¿y si te dijera que entre las próximas tendencias hay cenas en las que nuestros sentidos no saborearán lo que están viendo? No privación de sentido, sino distorsión. Fundación James Beard organizó una "cena aumentada" en Nueva York. Os lo resumo brutalmente: gente con visores Oculus comiendo rodeada de piñas rosas, cerezas azules y filetes voladores, en un ambiente sonoro y narrativo.

Me pregunto si recuerdan el sabor de lo que comieron. Pero seguro recordarán cuánto pagaron: 2000 dólares (pero pueden repetir la experiencia virtual con diferentes escenarios. Yo pregunto: llegados a este punto, comamos en casa).
Me imagino que el tiempo también despejará estas modalidades, que en Japón ya están ofreciendo alternativas menos costosas (como cenar en el avión, pero sin tomar avión). Por otro lado, las cenas submarinas también parecían una tontería, pero ahora son populares en muchos acuarios de todo el mundo.
Uno se pregunta por qué nunca pensaron en eso antes.