Las granjas oceánicas verticales son un enfoque innovador que puede producir alimentos y minimizar el daño ambiental, todo mientras limpia los océanos.
Agricultura y el agricultura intensiva a menudo se asocian con cuestiones ambientales importantes. Muchos: la emisión de gases contaminantes, el uso intensivo de la tierra y el agua, el uso de pesticidas, los tratamientos reservados a los animales. Podría continuar por horas.
Para minimizar el impacto negativo de estos factores, existe una tendencia creciente a desarrollar métodos de cultivo y agricultura sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. Además de la agricultura orgánica y de conservación, una de ellas son las granjas oceánicas verticales.

¿Qué son las granjas oceánicas verticales?
El método, desarrollado por una organización llamada Ola Verde, utiliza cuerdas tendidas sobre la superficie del agua, sostenidas por boyas y anclas en el fondo del mar. Cuerdas que albergan algas marinas y mariscos como mejillones, vieiras, ostras y almejas.
Gracias a este ingenioso diseño, la cría se vuelve invisible en la superficie. Bajo la superficie del agua, un mundo de actividades que se desarrolla en una auténtica granja sumergida. Él alga se utilizan en alimentos (snacks, suplementos, alimentos de todo tipo) y para usos adicionales: alimentación animal, fertilizantes, productos farmacéuticos, cosméticos e incluso biocombustibles. Los mariscos son un alimento básico en la dieta humana en todo el mundo.
¿El objetivo de las granjas oceánicas verticales? Promover la pesca sostenible y proteger el océano.

¿Cómo funcionan?
Las granjas oceánicas verticales no necesitan intervención adicional del productor para crear un entorno propicio para el crecimiento de plantas y animales.
Los moluscos como mejillones, almejas, ostras y vieiras pueden prosperar en diferentes condiciones, evitando la necesidad de regular la calidad del agua o el uso de productos químicos que pueden ser dañinos.
Por último, pero no menos importante, los beneficios económicos y laborales: gracias al método vertical ocean farm, las piscifactorías pueden reducir los costes de producción y garantizar una mayor estabilidad económica, así como la creación de más puestos de trabajo (incluso en sectores como la investigación).
Sobre todo el medio ambiente
cuando bren smith (el fundador de GreenWaves) descubrió que el 90 % de sus piscifactorías en los fondos marinos habían sido destruidas por los huracanes Irene y Sandy en 2011 y 2012, vio un panorama cada vez peor.
Entendí entonces cuál sería el impacto de la crisis climática: no era un proceso de transformación lento, ya estábamos en primera línea.

Por eso es importante señalar que las granjas oceánicas verticales también limpian los océanos. Los mejillones se alimentan de las excreciones de los peces, que limpian el agua y ayudan a mantener el ecosistema próspero. Otros moluscos, como las ostras, son excelentes para eliminar el nitrógeno.
El sistema de "jaulas" suspendidas también actúa como un arrecife artificial, lo que ayuda a reducir el impacto de las marejadas ciclónicas en las comunidades costeras.
Granjas oceánicas verticales, una industria a seguir
En resumen, las granjas oceánicas verticales pueden ayudar a construir un futuro más sostenible, donde haya suficiente comida para todos, sin dañar el medio ambiente.
Poco impacto, alimentos más cerca del lugar de consumo, sin químicos y cero consumo de suelo: el futuro también pasa por aquí.