Energía y combustible para automóviles a partir de desechos ganaderos: suena demasiado bueno para ser verdad, pero ya hace tiempo que ocurre de verdad. ¿Dónde? En Rivergaro, cerca de Piacenza, en Emilia Romagna, en una finca llamada Cascina Bosco Gerolo.
La empresa tiene 600 vacas y produce grandes cantidades de leche (y, digamos, materiales de desecho). El eclecticismo de su gestión, sin embargo, está provocando una interesante diversificación de su oferta.
En los últimos años ha puesto en marcha un proyecto que le permite producir energía renovable en forma de biogás, y tener una verdadera economía circular.
Podemos producir energía a partir de excrementos animales y desechos de ganado, junto con subproductos agrícolas.
Nicoletta Cella, copropietaria de la finca Cascina Bosco Gerolo
De la “pampa” a la “pompa”
Detrás de la granja, una instalación específica extrae biometano de los excrementos y desechos animales y lo transporta directamente a una gasolinera, donde los coches de los clientes pueden repostar.
Del productor al consumidor, sin intermediarios.
Combustible biosostenible a partir de residuos ganaderos. Una gasolinera al lado de una granja. Realmente puede ser un modelo. “La idea de no desperdiciar nada, sino de poner parte de nuestro ciclo de producción en el sistema de transporte, es muy gratificante personalmente”, afirma Cella.
La estación de servicio se inauguró hace unos meses, apenas dos semanas antes de que estallara el conflicto en Ucrania con todas las consecuencias que sabéis, incluso en la gasolina y el combustible.
Las flores nacen del excremento
Además de abordar la crisis energética, la iniciativa representa una solución para gestionar las emisiones de gas metano.
Según la Comisión Europea, las emisiones de metano contribuyen enormemente al cambio climático y el sector ganadero es uno de los principales contribuyentes.
Este gas de efecto invernadero tiene más cualidades para atrapar calor que el dióxido de carbono y lo ha estado atrapando durante los últimos 20 años. 84 veces más calor en comparación con el CO2.
El año pasado, en la conferencia climática de la ONU COP26 en Glasgow, una coalición de países firmó el primer compromiso global para reducir las emisiones de metano en al menos un 30% para 2030.
Contener las emisiones, reducir los residuos y producir energía son una combinación virtuosa y buena para el futuro. Un pequeño paradigma parece haber nacido en Italia.
Por una vez, “llenarse de excrementos” no significa que tengas mala suerte.