Actualmente, el sueño de un humano dura casi 8 horas al día, y es necesario. Uno de cada tres italianos, según estudios, no duerme lo suficiente. para los estados unidos es aún peor.
Hay muchas razones por las que no dormimos lo suficiente. Es un mundo acelerado, siempre activo y conectado. Esto hace que sea más difícil relajarse y obtener el sueño reparador que necesitamos.
¿Y si pudiéramos tomar el control con un dispositivo que restaura nuestro cuerpo y nos hace sentir como si hubiéramos dormido 8 horas, en solo 2 horas? Se trata de una teoría conocida como “simulación del sueño”: la idea de personalizar nuestro sueño con tecnología.

¿Qué beneficios obtendríamos de la programación del sueño?
Hay muchas consecuencias de una necesidad reducida de sueño. En primer lugar, seríamos más productivos: si no necesitáramos dormir mucho, obviamente tendríamos más horas al día para nuestras aficiones, nuestros intereses. Por trabajo, por cultura. Vivir.
Y de hecho, en cierto sentido viviríamos más años durante los mismos años. Al eliminar tres cuartas partes del tiempo que actualmente pasamos durmiendo, tendríamos al menos un 50% más de experiencias.
¿Cómo podemos reducir nuestra necesidad de dormir?
Quienes estudian esta posibilidad están probando combinaciones de luz, sonido y otros estímulos para simular el ciclo del sueño. Por ejemplo, el uso de la estimulación auditiva ya se ha mostrado prometedor contra la disminución de las oscilaciones cerebrales de onda lenta. Son la razón por la que las personas mayores duermen mucho menos.
Hay varias formas en las que podríamos lograr el objetivo. Podríamos usar la tecnología para estimular la liberación de hormonas que inducen el sueño (como la melatonina). Fácil de decir: evidentemente es necesaria la prudencia, el sueño es un mecanismo desarrollado a lo largo de millones de años de evolución, ni siquiera hemos entendido del todo sus procesos, pero sabemos que juega un papel fundamental.
El mayor riesgo sería, por supuesto, el de depender de la tecnología para conciliar el sueño, o el de encontrarse con terribles efectos secundarios.
Pero si se usa de manera responsable, la tecnología podría ayudarnos a dormir lo suficiente sin sacrificar nada. En una curiosa evolución: hoy la tecnología nos obliga a permanecer despiertos, mañana también podría hacernos descansar mejor.

¿Cómo sería un simulador de sueño?
Como se mencionó, la idea es la de un dispositivo que induzca al cuerpo y al cerebro a obtener los beneficios de una noche completa de descanso, incluso después de un sueño efectivo de solo dos horas. Y
Y los retos para conseguirlo no son pocos. En primer lugar, debería controlar y reproducir perfectamente (o casi) los patrones de sueño del cerebro. Y luego debería estar seguro, también: ¿qué sentido tendría reducir el sueño causando estragos en nuestra salud?
Todo lo contrario. El objetivo es mejorar la calidad del sueño. Duerme menos, pero mejor, de forma más tranquila y profunda.
Una pastilla para dormir eléctrica
Además de la luz y el sonido, como se mencionó, un posible curso de acción para crear esta tecnología incluye estimulación eléctrica de bajo nivel para apuntar a áreas específicas del cerebro asociadas con el sueño. Una especie de "imitación" de la actividad cerebral durante el sueño natural.
Puede usar el dispositivo durante unas horas antes de dormir. Una vez que se induce el sueño, el dispositivo continuaría funcionando para mantenerlo en un estado profundo y reparador.
Uno o más componentes de este simulador pueden volverse reales antes de lo esperado. Estoy seguro de que en los próximos años se lanzará algún tipo de "pastilla para dormir electrónica" que se limita a la fase de conciliar el sueño.

¿Y el cuerpo?
Dormir no se trata solo de descansar nuestros cerebros. El cuerpo también tiene su tiempo y necesita regenerarse de alguna manera. En cierto modo, conseguir que nuestro cuerpo “crea” que hemos descansado es aún más complicado.
Puede que sea una cuestión de "hardware", y se me ocurre que además de un dispositivo, también puede ser necesario repensar el lugar físico donde se duerme.
Necesitaremos "súper camas": las más avanzadas de hoy nos permiten reducir el dolor de espalda, nos hacen respirar mejor, pero aún es poco.
Dudo que alguna vez durmamos en extrañas cápsulas o tinas flotantes como las que se ven en alguna película de ciencia ficción. Lo más probable es que confíemos en el electromagnetismo, "levitando" de forma segura, suspendidos en el aire. Reformulación: menos improbable. Porque sería una tecnología muy cara, y el campo magnético podría tener muchas consecuencias en nuestra salud.
O, más sencillamente, llevaremos una especie de "pijama vibrador" que envía delicados impulsos a nuestro cuerpo, estimulando sus capacidades naturales de regeneración.

Un mundo sin dormir
En un mundo "sin dormir", donde solo necesitamos dormir 2 horas por noche, podríamos elegir un horario "óptimo", por ejemplo, entre las 00:00 y las 3:00. Según la evidencia científica, despertarse después de las 12 es malo para nuestra salud.
Cuestiones relativamente menores, sin embargo, en el contexto de una sociedad que estaría completamente trastornada por tal invento. Deberíamos repensar todo, desde el trabajo hasta la vida social pasando por la poética y el imaginario colectivo (adiós silencio).
Veamos si hay algún progreso en esta área y, mientras tanto, mantengamos los ojos abiertos, pero no exageremos :)