Cada año, la industria del calzado genera 700.000 toneladas de CO2. Un tercio de ellos depende de la extracción y refinación de combustibles fósiles para crear materiales sintéticos como el etilenvinilacetato (EVA) y espumas de poliuretano para suelas de zapatos. ¿Qué tal adoptar diferentes procesos? Un poco como ReCork.
Toma un ejemplo. RECUPERAR es una iniciativa lanzada en 2008 como programa de reciclaje de corchos de vino. Ha recorrido un largo camino desde entonces: hoy ha recaudado más de 128 millones TAPPI de corcho, con el que su equipo de desarrollo trata de hacerlo todo, sin utilizar plásticos, espumas u otras porquerías a base de combustibles fósiles.
¿La última innovación? Una entresuela con carbono negativo, que forma parte de toda una colección de zapatos.
Corcho: hablemos de ello
El corcho es un material sostenible excepcional que puede utilizarse para absorber el carbono atmosférico. Crece en forma de corteza y se puede recolectar de un roble sin talarlo. Esto lo convierte en un excelente sumidero de carbono: absorbe tanto que... ¡pueden fabricarse suelas que técnicamente "descontaminan" el planeta!
Y esto, en el caso del que os hablo hoy, sin crear un zapato que no sirva para nada. La nueva colección de corcho SOLE es resistente al agua y flexible (a diferencia de intentos similares realizados en el pasado). Es ecológico, no tóxico, antimicrobiano. En otras palabras: es un buen zapato si no te preocupas por el medio ambiente.
¿Qué pasa si estás interesado?
En ese caso te alegrará saber que la entresuela no es la única parte reciclada del zapato: entre los materiales utilizados se incluyen plantillas elaboradas con una plantilla hecha de caña de azúcar. Disipar el carbono y amortiguar la caminata se vuelve realmente agradable, ¿verdad? Mis proverbiales bromas boomer, a pesar de que soy parte de la gloriosa Generación X que todavía puede salvar al mundo.
Las suelas, que forman la parte inferior del zapato, están fabricadas con savia de caucho recolectada de forma sostenible. Resistentes, adherentes y consumen 7 veces menos energía que la necesaria para fabricar suelas de goma.
Zapato de corcho, hasta el estilo es ético
Bien por fuera, bien por dentro. SOLE ReCork es elegante y ético: la parte superior está confeccionada con lana merino procedente de granjas sostenibles y libres de crueldad animal. ¿El resto del zapato? Pelo de bisonte. No estoy bromeando. El material se llama Blue's BisonShield y procede de residuos de la industria ganadera.
Sólo dos talones de Aquiles: no son zapatos veganos (¡maldita lana, maldito PELO!) y tienen cordones de plástico PET (pero reciclado de botellas de agua de un solo uso). Personalmente, puedo ignorarlo fácilmente.
Qué puedo decir: un diseño cuidado y un zapato de verdad, no un producto para presumir de greenwashing. Por eso lo hablo sin ningún acuerdo de patrocinio, sin cobrar un euro y sin siquiera haber recibido un par de zapatos. ¡Me compro cosas para mí! Ts!