El delirio de los últimos meses (conflicto en ucrania, crisis energética en Europa, misiles norcoreanos sobre Japón, etc.) muestra de manera plástica el final de una era. La de un mundo impulsado por la globalización: lo intentamos, con poca lealtad y demasiada prevención, y evidentemente se nos fue de las manos.
Mientras somos testigos de los últimos golpes de este viejo mundo, esperando que no resuenen con el rugido de las bombas atómicas, los signos del próximo "orden" mundial ya están emergiendo. Un orden multipolar, que parece estar basado en una serie de diferentes "bloques" transversales que gobiernan otras tantas partes, físicas o económicas, de la geopolítica. Me dirás que sigue siendo una forma de globalización. Sí, lo es: pero es "vertical". Para áreas confinadas.
El mundo se está dividiendo en bloques, sí. Y estos bloques podrían remodelar todo, desde la sostenibilidad hasta las cadenas de suministro.
Qué se entiende por "mundo de bloques"
Algunos ejemplos? En América Latina a bloque de "litio" que reúne a México, Argentina, Bolivia y Chile, las cuatro naciones que controlan la mayor parte de la producción de este recurso, entre los más solicitados (y complejo de gestionar) en el mundo.

En el Indo-Pacífico Estados Unidos propuso el "Chip 4", una alianza para los semiconductores con Japón, Corea del Sur y Taiwán. ¿El objetivo? Establecer cadenas de suministro de chips que no dependan de China y detener el auge tecnológico de Beijing. Un movimiento evidentemente necesario para estos países, dado el avance chino y la posible (¿próxima?) serie de sanciones que afectarán a los productos occidentales, con impuestos que se espera lleguen al 400%.

Otros bloques
En Oriente Medio, Israel y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) se han unido a India y EE. UU. para lanzar "I2U2", un nuevo bloque para promover la innovación. los primer encuentro el grupo ha concluido con varios acuerdos, que van desde la construcción de "parques de alimentos" en los Emiratos Árabes Unidos hasta proyectos de energía solar en India para crear opciones de energía más sostenibles para el mundo.

Más bloques en formación en Eurasia. Mientras Kazajstán quiere rediseñar el flujo del comercio físico y digital en este vasto territorio, China ha construido lo que se conoce como el "corredor del norte". Un corredor que conecta Asia y Europa a través de Rusia y Bielorrusia, como parte de la Iniciativa Belt and Road (BRI). ¿Y adivina dónde han estallado todo tipo de tensiones? Exactamente.

Dado que la guerra en Ucrania está haciendo que este corredor sea inestable, Kazajstán ha propuesto un "Corredor Medio" (nuevamente en el contexto de la Franja y la Ruta) que pasa por Turquía. Bloques que ponen en aprietos a EEUU, esta vez, de momento detenidos en un callejón muy estrecho: desvincular Europa de Rusia, pero sin empujar a las empresas europeas a los brazos de China.
¿Y África?
En esta gran reorganización no podía faltar el continente más esperado, que en el futuro (según las previsiones) obtendrá grandes actuaciones. Recientemente, la Unión Africana (UA) el sostuvo su 3er Día de la Integración sobre el tema de la desglobalización.
¿El objetivo? Ser autosuficiente y depender lo menos posible del resto del mundo. Esto, si cabe, es un desafío gigantesco dentro del desafío.

El gran caos del futuro cercano
Con todos estos nuevos bloques emergentes, como se mencionó, el mundo se está alejando rápidamente de la vieja era de la globalización. El momento es caótico y peligroso: las alianzas y los corredores que se están formando solo conducirán a una mayor fragmentación global, generando grandes sobresaltos tanto para los gobiernos como para las empresas.
Por un lado, muchos de estos nuevos bloques exclusivos creados por EE. UU. tienen como objetivo eliminar aliados tradicionales como Canadá, Francia o Alemania. En cambio, miran al Reino Unido y al área del Indo-Pacífico. ¿Qué traerá esta actitud a medio plazo? ¿Seguirá Europa "alineada" o se centrará en otros interlocutores?
Estas son solo algunas preguntas de un mundo que se está fragmentando en muchas fallas nuevas. Sin embargo, los bloques que compiten por gobernar el mundo tendrán que encontrar formas de coexistir.
¿Hasta qué punto? ¿Y qué pasará cuando esta convivencia se haga difícil?
Respuestas, estas, que ojalá (quizás) lleguen a nuestra posteridad.
Si ya vienen a nosotros es un gran problema.