Para los nacidos en los sesenta tenían la forma de los Aston Martin del mítico Bond. Los de mi generación (que puede salvar el mundo) tenía el de Superauto Mach 5. Para los posteriores, un bonito cursor rojo y un nombre: KITT. ¿Cuáles son? Vehículos equipados con armas, qué preguntas. Fantásticos compañeros de aventuras de los héroes de cómics, dibujos animados, videojuegos y películas de acción.
Hoy, la forma es la de La venganza de Rezvani, con una diferencia: es un coche de verdad. Apocalíptico, diría yo.
Listo para el día del juicio final
El exterior es una versión reforzada del Cadillac Escalade, en el que se basó, y la apariencia general parece un vehículo de GI Joe o el videojuego Halo. Y no nos alejemos de la verdad: del diseño se encarga milen ivanov, en realidad un desarrollador (mira qué) de videojuegos.
No solo eso: el CEO ferris rezvani declara en entrevistas que la empresa había imaginado un "concepto coche de un videojuego de ciencia ficción” que la gente también podría tener en la vida real.
Pero que videojuego: este va en serio
Este característico SUV también se puede adquirir en la versión "básica", pero eso no lo hace menos amenazador. Y a la modesta suma extra de casi 100.000 euros se suma el bonito paquete militar. ¿Qué incluye? Protección contra explosivos en la parte inferior del chasis, cristales antibalas, una cortina de humo, un dispensador de gas pimienta, mangos electrificados (ay) y otros gadgets. La ley, creo, no permite más para un civil.
Sin embargo, supongo que puede ser una valiosa ayuda en caso de un apocalipsis zombi.
Pero por dentro es muy dulce.
Tan duro por fuera como blando por dentro. Entre asientos de cuero reclinables, televisores de pantalla plana, navegación con realidad aumentada y un techo luminoso, será un lujo para los 8 pasajeros derrotar a sus enemigos escuchando obviamente al buen Ludovico Van.
Abrimos el capó y el ambiente vuelve a tensarse: motor V8 de 6,2 litros que puede aumentar hasta los 420 caballos. ¿Podrá derribar un muro? pido un amigo.
El verdadero apocalipsis sigue siendo el precio: Más de 250.000 euros (y sin los accesorios mencionados en el artículo). En ese punto, digo, ¿qué sentido tiene ir a la oficina sin la posibilidad de dejar al vecino en el semáforo con una linda cortina de humo?