Si lo piensas bien, los puentes son uno de los logros más ambiciosos de la humanidad. Se necesita mucha confianza para mirar un abismo o un cuerpo de agua y tener la determinación de construir algo que lo cruce con seguridad. Un puente es una herramienta extraordinaria, que llena los vacíos y conecta lugares y personas: lo que estoy hablando hoy no parece una simple evolución futura del concepto, sino también una fascinante maravilla de la ingeniería.
Nada se le parece: hemos visto muchas maravillas (De los de leonardo en el Golden Gate de San Francisco), pero esta tiene un espíritu diferente. La función es similar, sin embargo: unir dos bancos, en este caso se trata de dos áreas verdes en la ciudad de Almaty, Kazajstán.


Dos zonas separadas por una autovía: ¿qué mejor que un puente peatonal para unirlas? Especialmente este puente, que tiene un diseño extraordinario formado por remolinos, rampas y remolinos. Y un corazón todo verde.
Un puente peatonal que se convierte en un parque suspendido
La idea de partida del estudio de arquitectura Atrio era interferir lo menos posible con el paisaje natural. El objetivo se ha logrado plenamente: esta estructura no cubre el contexto, sino que lo completa, se integra perfectamente.


En uno de los dos extremos, el puente conduce a un jardín botánico: al subir, los peatones se encuentran en una especie de colina con una plataforma de observación y espacios verdes. La naturaleza no está solo alrededor del puente, sino que es una gran parte del proyecto: los árboles crecen muy por encima de él en toda su longitud.


Y a la vez tiene algo de futurista, parece una estructura de ciencia ficción. Los postes acampanados en la parte superior se estrechan hacia abajo, recordando de forma estilizada las copas de los árboles: un jardín de Babilonia del tercer milenio.
Combinar naturaleza y arquitectura no es un concepto nuevo: pero lo hace de una manera particularmente efectiva. Me encantaría ir por la autopista y cruzar jardines así por el camino.





