En la mayoría de los países industrializados, los alimentos ultraprocesados ahora representan el 50% o más de las calorías consumidas todos los días.
Esto es realmente alarmante, ya que estos son alimentos que están relacionados con muchas dolencias de salud. Además del mayor riesgo de obesidad, pueden provocar enfermedades cardiovasculares y demencia.
Alimentos ultraprocesados: qué hay dentro
Los alimentos ultraprocesados son literalmente "Frankenstein" llenos de varios ingredientes industriales (como emulsionantes, espesantes y sabores artificiales) mezclados en productos alimenticios a través de una serie de procesos de fabricación.
Bebidas azucaradas, muchos cereales para el desayuno, hamburguesas "a base de plantas" recientes: todos son parte del club.
Los intensos procesos industriales utilizados para producirlos destruyen la estructura natural de los ingredientes y eliminan muchos nutrientes beneficiosos como fibra, vitaminas, minerales y fitoquímicos.
Ahora estaba claro que los alimentos ultraprocesados eran dañinos. Sin embargo, la dinámica y las causas debían explorarse. Ahora, dos nuevos estudios (uno de los cuales es italiano) muestran que el bajo valor nutricional no es suficiente para explicar el daño.

Inflamación perpetua
En el primer estudio, que encuestó a más de 20.000 XNUMX adultos italianos, los participantes que consumen más alimentos ultraprocesados muestran un mayor riesgo de morir prematuramente por cualquier causa.
En el segundo estudio, que encuestó a más de 50.000 XNUMX adultos estadounidenses, encontró que el alto consumo de alimentos ultraprocesados está asociado con un mayor riesgo de cáncer al colón.
Sin embargo, el aspecto más interesante de ambos estudios es que los riesgos para la salud también se mantuvieron "compensando" la mala alimentación con alimentos más nutritivos. En otras palabras: la ingesta de nutrientes correcta puede no ser suficiente para equilibrar los riesgos derivados del consumo de alimentos ultraprocesados.
Aún más claro: los intentos de la industria alimentaria por mejorar el valor nutricional de estos alimentos (quizás agregando algunas vitaminas más) solo podrían sortear el problema. Entonces, ¿cuáles son los factores a tener en cuenta?

Los resultados
El estudio italiano encontró que los marcadores de inflamación (como un recuento más alto de glóbulos blancos) son más altos en los pacientes que consumen más alimentos ultraprocesados.
Nuestro cuerpo puede desencadenar una respuesta inflamatoria por muchas razones, como si nos resfriamos o nos cortamos. El cuerpo responde enviando señales a nuestras células inmunitarias (como los glóbulos blancos) para atacar cualquier patógeno (como bacterias o virus).
La respuesta inflamatoria generalmente se resuelve con bastante rapidez, pero algunas personas pueden desarrollar una inflamación crónica en todo el cuerpo. Esta inflamación puede causar daño a los tejidos y está involucrada en muchas enfermedades crónicas, como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Alimentos ultraprocesados: más que alimentos, cuerpos extraños
Muchos estudios ahora han encontrado que las dietas pobres pueden aumentar la inflamación en el cuerpo y aumentar el riesgo de enfermedades crónicas.
El vínculo entre los signos de inflamación y el consumo de alimentos ultraprocesados es significativo. Algunos investigadores han teorizado que estos alimentos aumentan la inflamación porque el cuerpo los reconoce como extraños, como una bacteria invasora.
Luego, el cuerpo reacciona con una respuesta inflamatoria que se ha denominado "fiebre de la comida rápida". ¿El resultado? Un aumento de la inflamación en todo el cuerpo.
Los datos son comunes a las empresas italianas y estadounidenses.
¿El futuro? Conciencia y mercado
Dado que las respuestas inflamatorias están programadas en nuestro cuerpo, la mejor manera de evitar que esto suceda es no comer alimentos ultraprocesados.
Un reto verdaderamente prohibitivo, dado que se trata de alimentos específicamente diseñados para ser "palatables" y atractivos.
Algunas dietas basadas en plantas, ricas en alimentos naturales y no procesados (como la dieta mediterránea), también han demostrado ser antiinflamatorias.
Será necesaria la voluntad y organización de muchas asociaciones sectoriales, junto con la iniciativa de las administraciones públicas para proyectar un futuro menos pesado a nivel sanitario y más cercano a nuestro cuerpo.
En ausencia de intervenciones y al ritmo actual de crecimiento del consumo de alimentos ultraprocesados, la tasa de mortalidad por enfermedades crónicas y cardiovasculares aumentará drásticamente.