Con este calor, las alucinaciones están a la vuelta de la esquina, y mis sueños a menudo toman la forma de un acondicionador de aire de ciencia ficción. Una cosita: me gustaría que fuera inalámbrico, sin emisiones y sin ni siquiera necesitar electricidad para funcionar.
¿Qué pasa si alguien nos dice que algo así ya existe? Al menos eso es lo que dice la startup israelí Kinoko verde. La empresa ha patentado y desarrollado Kensho, un aire acondicionado de estas características. Kensho, actualmente en pruebas en seis ubicaciones de Tel Aviv, estará en el mercado general en el verano de 2023.
¿Es secreto? Nitrógeno líquido.
“Creamos energía a partir de la presión que se acumula entre el nitrógeno líquido y el nitrógeno gaseoso”, dice. Tal Leizer, CEO de Green Kinoko.
“Usamos nitrógeno líquido a menos 196 grados. Cuando se convierte en gas, el nitrógeno crea una presión muy fuerte que usamos para activar un motor mecánico”.
Leizer explicó que su equipo estaba trabajando con líquidos criogénicos (líquidos a temperaturas extremadamente bajas) en un proyecto no relacionado cuando se dieron cuenta del valor potencial del nitrógeno para fabricar un acondicionador de aire.
Un acondicionador de aire sui generis
“Estamos calculando la huella de carbono: el nitrógeno líquido que usamos es un subproducto del oxígeno medicinal producido para los hospitales. Y lo que sale del aparato es un gas inerte que respiramos”, explica Leizer.
Esto no es una cosa pequeña. Comparado con cualquier otro acondicionador de aire, este no tiene gases contaminantes. No consume electricidad ni aporta calor a la atmósfera. Funciona sin agua, no tiene ruido ni humedad. De nuevo: no daña la capa de ozono de la atmósfera. ¿Necesitas agregar más?
El único particular: la carga de nitrógeno debe ser reemplazada cada 7-10 días, dependiendo del uso de la unidad. Una circunstancia que no afectará en lo más mínimo a los costes: el precio de un aparato de aire acondicionado de este tipo será comparable al de las unidades de aire acondicionado convencionales, y el consumo eléctrico será nulo.
Un buen resultado para los propietarios de viviendas y empresas que luchan con sus facturas, pero también y sobre todo para la Madre Tierra.