Mi generación es la primera que se ha fascinado con las máquinas expendedoras. Todavía recuerdo la maravilla que sentí frente a los modernos 'árboles grasientos' llenos de cosas. Un encantamiento continuó más allá, y no soy el único. Vamos, no te avergüences: sé que tú también has probado ese terrorífico chocolate caliente solo por el capricho de verlo salir de la nada, como por arte de magia. Hoy las cosas están decididamente fuera de escala: unas décadas más tarde, las "máquinas expendedoras" se esfuerzan por ser camareros, vender drogas, autos, incluso haciendo pizzas.
El primer restaurante robótico totalmente autónomo del mundo abrirá la próxima semana. Es parte de una cadena, mezli, de la que os hablé el pasado mes de noviembre en un post que habló sobre el potencial de esta startup. Bueno, porque después de algunos años de experimentación y un sólido conjunto de fondos, es hora de ponerse serio.
El hambre agudiza el ingenio
Todo se ha salvado de la fórmula original. Mezli, como era de esperar, será el primer lugar del mundo en servir un menú completo a los clientes sin intervención humana: “Poke” a base de cereales y proteínas, guarniciones y bebidas. Una opción saludable pero de costo prohibitivo para los residentes y trabajadores del barrio de San Mateo, California, donde abre sus puertas el primer restaurante de la cadena.
Mezli fue fundado por tres jóvenes ingenieros de Stanford: Alex Kolchinski, Alex Gruebele e Max Perham. Los tres recién graduados no tenían muchos lugares baratos para comer cerca de la Universidad. Utilizando sus conocimientos técnicos, colaboraron con el chef con estrella Michelin eric minnich para resolver el problema con una combinación de robótica e innovación culinaria.
El equipo comenzó a trabajar a tiempo completo en Mezli en enero de 2021 y, durante ese año, abrieron un restaurante temporal de prueba en el que participaron socios e inversores. El punto de inflexión final en junio de este año, con los 3,5 millones de dólares de financiación que permitieron la apertura definitiva.


El que se come a sí mismo, come por tres. Y se gasta un tercio
A diferencia de Mezli, otros proyectos similares habían logrado solo una automatización parcial de los menús calientes y frescos, lo que requería la participación humana en el proceso. O habían obtenido la automatización completa de menús más simples, como tazones de fideos rehidratados o ensaladas frías. Mezli servirá un menú caliente totalmente personalizable bajo demanda sin humanos.
Imagina miles de estos puntos de venta y dime si el título de mi publicación de noviembre no fue correcto: “¿El nuevo McDonald's? Será robótico”. Dejando de lado cualquier reflexión escatológica sobre los lugares de trabajo (los preparados a repartir en los distintos restaurantes, la logística, la promoción publicitaria, la administración y quién sabe qué más seguirán necesitando humanos), el impacto de Mezli podría ser positivo.


Un proyecto de restaurante autónomo, tecnológico, sostenible, escalable (y por tanto capaz de ofrecer comidas de calidad a bajo precio) que oriente la mejora de nuestros hábitos alimentarios puede transformar nuestra relación con la comida.
El viejo dispensador de chicles ha recorrido un largo camino.